La campaña para las elecciones municipales y regionales en España concluye este viernes, en unos comicios con proyección nacional, pues las generales están a la vuelta de la esquina.
La votación del domingo se plantea como una especie de primera vuelta de las elecciones generales, que, si no se adelantan, deben celebrarse a final de año.
El resultado de las urnas mostrará si de cara a las generales la izquierda, que gobierna en coalición en España, mantiene un respaldo entre los votantes como para seguir en el poder o si los conservadores, posiblemente pactando con la extrema derecha, pueden ser la alternativa.
La recta final de la campaña ha estado marcada por una serie de denuncias de compra de votos, algo inusual en más de cuatro décadas desde la recuperación de la democracia en España, donde estos casos hasta ahora eran muy puntuales.
Algunas de estas denuncias salpican a candidatos de distintos partidos, en su mayoría socialistas, que están entre los detenidos por supuesto fraude, principalmente en el voto por correo.
El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, acusó este jueves a la oposición conservadora de querer “embarrar” las elecciones utilizando las sospechas de compra de votos para atacar al Ejecutivo, pues algunos de los detenidos son candidatos del partido socialista PSOE.
El líder del conservador Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, principal fuerza opositora, reiteró por su parte las críticas a su rival en las urnas de intentar “ganar con engaños y trampas”.
Esta polémica no fue la única que saltó durante la campaña, pues su arranque hace quince días estuvo marcado por fuertes críticas a la inclusión por parte de EH Bildu de candidatos que estuvieron condenados por terrorismo, tras lo que este partido independentista vasco anunció que se retirarían aquellos que cometieron actos terroristas con víctimas mortales.
EFE