El gobierno británico considera que lo peor de la tercera ola de la pandemia de COVID-19 ha llegado a su fin. Las cifras de los últimos siete días parecen confirmarlo con un 25,1% de menos casos positivos de contagio, un 22% de descenso en las hospitalizaciones y un 13,4% menos de decesos que la semana inmediatamente anterior.
El Reino Unido alcanzó el 8 de enero el pico de contagios desde el comienzo de la pandemia: 68.192 nuevos casos en un solo día. Era más del doble del pico de la segunda ola (33.517 en noviembre) y 13 veces más que el máximo de la primera (5.486 en abril). El promedio de los últimos siete días cayó a 22.476 infecciones por jornada, la tercera parte que hace tres semanas.
La baja de la mortalidad es más reciente, pero también es cada vez más palpable. Del máximo desde el inicio del brote, que fueron 1.826 decesos el 20 de enero —que superó holgadamente el récord de abril (1.224)— se pasó a un promedio de 1.066 en los últimos siete días.
Es probable que mucho tenga que ver con este descenso que el Reino Unido superó los diez millones de vacunados con una primera dosis, y los 500.000 con las dos dosis. El promedio de vacunación supera ya el medio millón de personas diarias.