El presidente chileno, Gabriel Boric, subrayó este lunes la necesidad de que en Venezuela se entregue la totalidad de actas electorales tanto a veedores internacionales independientes como a la oposición: «Mientras eso no se haga, nosotros como país nos vamos a abstener de hacer un reconocimiento a lo que ha señalado el Consejo Nacional Electoral».
“Yo he manifestado, y lo he conversado también con el canciller y con diferentes personas en América Latina y en el mundo, que las elecciones, y elecciones que generan tanta expectación como esta, tienen que ser absolutamente transparentes y verificables por veedores internacionales no dependientes ni partidarios del Gobierno”, afirmó el mandatario chileno desde Emiratos Árabes Unidos, donde se encuentra en visita oficial.
“Sobre medidas a tomar, primero esperemos a ver qué es lo que finalmente sucede (…) Cuando uno ve el dolor de millones de venezolanos que han salido al exilio producto de la difícil situación de los últimos años en Venezuela, yo por lo menos, independiente de las posiciones políticas, me siento obligado moralmente a exigir total transparencia en esta elección, y, por lo tanto, creo que salir a hacer felicitaciones es hoy día apresurado”, agregó.
El ente electoral venezolano anunció seis horas después del cierre de las urnas que, con el 80 % de los votos escrutados, Maduro fue reelegido para un tercer mandato consecutivo.
Maduro obtuvo el 51,20% de los votos frente al 44,2% de los sufragios del candidato presidencial unitario, Edmundo González Urrutia (4.445.978 votos), según el primer boletín oficial del CNE.
El presidente del ente electoral, Elvis Amoroso, explicó que el sistema de transmisión de datos sufrió un ataque y que por eso demoró más de lo previsto el anuncio del ganador.
Boric fue el primer mandatario internacional en levantar la voz ante la tardanza del conteo de votos y, en un mensaje en la red X antes del primer boletín del CNE, ya había advertido que ni la comunidad internacional ni Chile aceptarían unos resultados que no fueran «transparentes», «oportunos» y «reflejen íntegramente la voluntad expresada en las urnas».
Desde que llegó al poder en marzo de 2022, Boric, ha sido una de las voces más duras en la región contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, una postura que le ha diferenciado de otros líderes progresistas, como el brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, o el colombiano, Gustavo Petro, que en el pasado han mostrado una actitud más tolerante pero que en los últimos días han endurecido el tono.