El expresidente brasileño Jair Bolsonaro se presentó este miércoles ante la Policía Federal para declarar en el marco de una investigación sobre los hechos violentos del pasado 8 de enero contra el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
El exmandatario (2019-2022) llegó a la sede de la Policía Federal de Brasil en compañía de sus abogados de defensa y no dio declaraciones a la prensa que esperaba su llegada.
El proceso, en el que Bolsonaro figura como investigado, tramita en el Supremo y pretende identificar a los promotores de la violencia y a quienes financiaron la movilizaron de los miles de activistas de ultraderecha que asaltaron las sedes de la Presidencia, del Congreso Nacional y la propia Corte Suprema.
El día de la asonada Bolsonaro se encontraba en Estados Unidos, hacia donde había viajado el 30 de diciembre, aún como mandatario, con la intención de no entregarle la banda presidencial a Lula, cuya victoria en las urnas en octubre pasado siempre puso bajo sospecha.
Los bolsonaristas que asaltaron los tres poderes de la Nación habían estado durante más de dos meses acampados a las puertas de los cuarteles del Ejército exigiendo un golpe, en una actitud que el líder de la ultraderecha no condenó y hasta llegó a avalar.
Por esos sucesos fueron detenidas 2.151 personas, de las cuales unas 300 permanecen en prisión, en tanto que el resto responderá ante los tribunales en libertad.
El martes, el Tribunal Supremo de Brasil aprobó la imputación penal de los primeros 100 acusados de haber cometido los ataques.
El Supremo ha incluido a Bolsonaro entre los investigados a fin de determinar si, aún estando ese día en Estados Unidos, de donde regresó el pasado 30 de marzo, incitó ese movimiento o si tuvo algún papel en la planificación de la intentona golpista.
Con información de EFE