Amnistía Internacional cuestionó este miércoles al Estado mexicano por su responsabilidad en la muerte de al menos 38 migrantes en el incendio del centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM) en Cuidad Juárez.
“Estos devastadores hechos dan cuenta de un sistema de control migratorio verdaderamente inhumano. ¿Cómo es posible que las autoridades mexicanas hayan dejado encerrados a seres humanos sin posibilidad de escapar del incendio?”, dijo Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
La organización defensora de derechos humanos denunció que la tragedia es consecuencia de las restrictivas y crueles políticas migratorias que comparten los gobiernos de México y Estados Unidos.
Guevara, además, tildó de «insensible y ofensivo» el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador y el comunicado del INM pues considera que han «insistido en utilizar eufemismos para restarle gravedad a los hechos ocurridos y culpabilizar a las personas migrantes de los hechos. Las estaciones migratorias no son ‘albergues’, sino centros de detención, y las personas no están ‘alojadas’ ahí, sino privadas de su libertad”.
Amnistía Internacional externa sus condolencias a las familias de las al menos 40 personas migrantes que han fallecido y su solidaridad con las 29 que se encuentran hospitalizadas como consecuencia del incendio.
Amnistía Internacional urgió al Estado mexicano a establecer protocolos para actuar en incendios, así como rutas de evacuación en este tipo de situaciones. Asimismo, llamó al Estado a investigar los hechos violatorios de derechos humanos, en especial las alegaciones tendientes a que se les dejó encerrados mientras ocurría el incendio, así como a reconocer que las personas migrantes se encontraban bajo su custodia y, por lo tanto, era su obligación tanto prevenir el incendio como actuar de manera diligente durante el mismo para evitar consecuencias fatales.
También consideró fundamental garantizar el derecho a la salud de las personas hospitalizadas y su derecho a una regularización migratoria en caso de desearlo, así como la identificación y repatriación digna de los cuerpos de las personas fallecidas.
Finalmente, Amnistía Internacional urgió a los gobiernos de Norteamérica, encabezados por Estados Unidos, a cambiar el enfoque de su política migratoria a una centrada en derechos humanos que garantice que las personas migrantes puedan buscar y recibir asilo, a una migración segura y el respeto a todos sus derechos.