Alemania celebra este sábado los 35 años de la caída del muro de Berlín, símbolo del principio del fin de la Guerra Fría y de la dictadura que fue la República Democrática de Alemania (RDA), en una jornada marcada por diversos actos públicos que sirven para recordar en la capital alemana la traumática separación del país y festejar la libertad recuperada.
Las autoridades de Berlín, acompañadas por el presidente de la República, Frank-Walter Steinmeier, protagonizaron en una fría y otoñal mañana junto a unos 300 berlineses los actos conmemorativos de la caída de aquella frontera de la extinta República Democrática de Alemania (RDA).
Los discursos estuvieron marcados por referencias a la guerra del régimen de Vladimir Putin y la necesidad de seguir apoyando la defensa de Ucrania.
«Los valores de la revolución de 1989 son los defendidos en el campo de batalla de Ucrania», dijo Alexander Klausmeier, director de la Fundación del Muro de Berlín en el espacio memorial dedicado a aquella barrera berlinesa construida en 1961, junto a una torre de vigilancia preservada para evitar el olvido.
«La ilegal guerra de agresión de Putin mata, causa dolor y amenaza nuestros valores de libertad», añadió Klausmeier, antes de que el alcalde-gobernador de la capital alemana, Kai Wegner, mostrara su solidaridad con Kiev en su discurso.
«Tenemos que estar del lado de las personas que actualmente luchan por su libertad y por su supervivencia en Ucrania», dijo Wegner bajo la mirada de Steinmeier, Klausmeier y una nutrida delegación internacional compuesta, entre otros, por opositores a regímenes dictatoriales como Cuba, Irán, Bielorrusia, Georgia o China.
Dicha delegación también contaba con representantes del sindicato Solidarnosc, organización sindical que fue clave en la caída del comunismo en Polonia y que este sábado fue presentado como otra de las fuerzas que posibilitó la caída del muro de Berlín.
«Los opositores polacos y los de la Alemania del este trabajaron unidos para conseguir los mismos objetivos: elecciones libres, libertad, derechos humanos», recordó Klausmeier, antes de que, en la Capilla de la Reconciliación, ubicada en lo que fue la tierra de nadie de las fortificaciones del muro, tomara la palabra Bogdan Borusewicz, cofundador de Solidarnosc.
Borusewicz recordó como Solidarnosc se levantó contra un régimen «inmoral» y recalcó, en alusión a la invasión rusa contra Ucrania, que también es «inmoral cuando el poderoso ataca al que es más débil, cuando mata y le hace la guerra».
«No es ético decir que tiene que haber paz en una situación así. Por supuesto que la paz es importante, pero la defensa de los valores y la existencia propia también es importante, y esto hay que apoyarlo, hay que defenderse y tomar las armas», afirmó el cofundador de Solidarnosc en la que fue la más destacada intervención de la Capilla de la Reconciliación.
Desde allí, Steinmeier, el resto de autoridades y representantes marcharon a uno de los puntos del Memorial del Muro de Berlín, para depositar velas, no muy lejos donde antes de entrar en la capilla introdujeron flores en una de las secciones de la barrera física que separaba la ciudad.
Música contra el «muro antifascista» de la RDA
Junto a ellos, al terminar los actos oficiales, en un pequeño escenario, sonó en directo la canción ‘People have the power’ de Patti Smith, dando comienzo a un fin de semana de celebraciones en el que la música también será protagonista, pues participarán cerca de 700 músicos en diferentes conciertos que tendrán lugar este sábado y el domingo.
El muro de Berlín, construido en el verano de 1961, fue concebido por el régimen de la RDA como la más emblemática de las barreras de «protección antifascista», según los términos del régimen comunista.
En realidad, fue construido mayormente para evitar la sangría demográfica a la que se enfrentaba el régimen, pues, pese al apoyo de la Unión Soviética, vio cómo hasta 2,5 millones de sus ciudadanos huyeron del país hacia la Alemania Occidental entre 1949 y 1961, una pérdida de capital humano que puso en entredicho la viabilidad económica de la ya desaparecida dictadura germana.
En total, la infraestructura que dividió Berlín, sumaba 155 kilómetros, de los cuales hoy sólo quedan en pie en algunos puntos de la ciudad, como ocurre en la conocida como «East side Gallery»- célebre por sus numerosas e icónicas pintadas-, en las proximidades del museo histórico ‘Topographie des Terrors’ y en el Memorial del Muro de Berlín, donde este sábado se citaron al presidente alemán y el resto de autoridades.
EFE / Salvador Martínez Mas