El balance de la destructiva erupción del volcán Semeru, al este de la isla de Java, se elevó el martes a 34 muertos, anunció el portavoz de la agencia de gestión de catástrofes, Abdul Muhari.
Con información de AFP y AP
“El último balance recibido es que en este momento 34 personas han fallecido y 17 están desaparecidas” tras la erupción ocurrida el sábado, que recubrió de ceniza y arrasó más de diez localidades, indicó el portavoz a AFP.
El balance precedente daba cuenta de 22 muertos y decenas de heridos, muchos con quemaduras. Más de 3.500 habitantes tuvieron que ser evacuados de la zona.
El portavoz de la Agencia Nacional de Mitigación de Desastres, Abdul Muhari, dijo que 56 personas fueron hospitalizadas después de la erupción, la mayoría con quemaduras. Cerca de 3.000 casas y 38 escuelas resultaron dañadas, dijo.
Este martes, el presidente Joko Widodo visitó las áreas afectadas por la erupción en el distrito de Lumajang en la provincia de Java Oriental para asegurarle a la gente que la respuesta del gobierno está llegando a los necesitados.
Después de visitar a los sobrevivientes en refugios en un campo de fútbol, se comprometió a reconstruir la infraestructura, incluido el puente principal que conecta Lumajang con otras ciudades, y sacar más de 2.000 casas de las zonas de peligro.
Las autoridades dijeron anteriormente que los residentes de las aldeas más afectadas serán reubicados en los próximos seis meses, y cada familia que espera una nueva casa recibirá una compensación de 500.000 rupias (34,50 dólares) por mes.
Aviones de carga que transportaban alimentos, tiendas de campaña, mantas y otros suministros aterrizaron el martes para su distribución en refugios temporales.
Los equipos de rescate trabajan en condiciones difíciles para buscar sobrevivientes y cadáveres, entre escombros, barro y cenizas.
El Semeru, que culmina a 3.676 metros y también conocido como Mahameru, ha entrado en erupción muchas veces en los últimos 200 años. Aún así, decenas de miles de personas viven en sus fértiles laderas. Estalló por última vez en enero, sin víctimas. Rara vez sus erupciones fueron tan destructivas como la actual.