Un estudio elaborado por el Observatorio por la Transparencia y Anticorrupción determinó que el Gobierno de Nicaragua habría ocultado de 6.000 a 9.000 muertes por la COVID-19 entre marzo de 2020 y noviembre de 2021, informaron este viernes sus autores.
“El Estado ocultó entre 6.000 y 9.000 muertes provocadas por el COVID-19, las cuales fueron registradas como otras patologías”, concluyó el estudio, titulado “COVID-19 y opacidad: La fórmula de muerte en Nicaragua”, que fue presentado en teleconferencia de prensa.
Los investigadores de ese Observatorio, que pidieron el anonimato alegando razones de seguridad, llegaron a dicha conclusión tras contrastar los datos divulgados por el Gobierno del presidente Daniel Ortega, con estudios de mortalidad del Comité Científico Multidisciplinario, del Observatorio Ciudadano COVID-19, de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES), del medio digital Confidencial, y estadísticas oficiales de los países vecinos.
El gremio médico de Nicaragua ha estado en el centro del debate de la pandemia por las críticas al Gobierno y al menos 16 doctores han sido despedidos de hospitales públicos sin explicaciones, tras reclamar equipos de bioseguridad y recomendar medidas de prevención nacional.
El Parlamento, controlado por el oficialismo, canceló la personería jurídica a 24 ONG, la mayoría médicas, a solicitud del Ejecutivo, después de que la vicepresidenta Rosario Murillo los acusara de ser “falsos médicos y con falsos pronósticos”.
De acuerdo con los investigadores, en los primeros 20 meses de pandemia, el Ministerio de Salud (MINSA) de Nicaragua reportó 211 fallecidos por COVID-19 y 5.947 contagios, mientras que el Observatorio Ciudadano identificó 5.945 muertes y 31.224 casos sospechosos.
“Esto (datos del Observatorio Ciudadano) es 1,7 veces más casos sospechosos y 28 veces más de muertes que los que reportó el MINSA, cuya cifra es muy baja, probablemente existe un subregistro”, dijo el investigador a cargo de la exposición, quien recordó que es improbable que en Nicaragua haya muerto exactamente un ciudadano cada semana desde octubre de 2020.