Medalla de bronce. Esto es lo que habría obtenido Venezuela si el Índice de Percepción de Corrupción de 2024 (CPI, por sus siglas en inglés), presentado hoy por Transparencia Internacional, fuera una competencia olímpica, pues el país terminó en el tercer lugar entre los estados vistos como los más corruptos del mundo, solo superado por Sudán del Sur y Somalia, que se encuentran en el primer y segundo puesto, respectivamente.
En los últimos doce meses, Venezuela ha perdido tres puntos y ha terminado con una calificación de 10 sobre 100, un retroceso que lo consolida como la nación que es percibida como la más corrupta de todo el continente americano. Nicaragua (14) y Haití (16) ocupan el penúltimo y antepenúltimo lugar.
“Las puntuaciones más bajas en 2024 corresponden principalmente a países frágiles y afectados por conflictos como Sudán del Sur (8), Somalia (9), Venezuela (10), Siria (12), Libia (13), Eritrea (13) y Yemen (13)”, advirtió Transparencia Internacional, y afirmó que su estudio revela que “los países democráticos, en promedio, superan a los regímenes híbridos o autoritarios en relación con los niveles de corrupción percibida”.
“Los países donde la prensa y la sociedad civil son libres tienden a tener un mejor desempeño en el índice. Los países con un espacio cívico abierto tienen un puntaje promedio en el Índice de Percepción de Corrupción de 2024 de 70, mientras que los países con un espacio cívico reprimido o cerrado solo alcanzan promedios de 31 y 29, respectivamente”, agrega el estudio.
Lo anterior explica la baja calificación obtenida por Venezuela. En los últimos años, organizaciones como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) vienen considerando que en el país “los elementos sustanciales de una democracia representativa no están presentes”. “La institucionalidad en el país no está guiada por la separación y el equilibrio de los poderes públicos”, denunció la instancia en su informe correspondiente al año 2021.
En similares términos se han pronunciado otras instituciones como la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos de Naciones Unidas y la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, que han denunciado que en Venezuela se ha producido una sistemática reducción del “espacio cívico”.
Una tendencia global
El retroceso registrado por Venezuela no es la excepción, sino que forma parte de una tendencia. El índice revela que en 2024 más de una cuarta parte de los países de la muestra (47 de 180) obtuvieron su puntuación más baja desde que este estudio se viene realizando.
Austria (67), Bangladesh (23), Brasil (34), Cuba (41), Francia (67), Alemania (75), Haití (16), Hungría (41), Irán (23), México (26), Rusia (22), Sudán del Sur (8), Suiza (81) y Estados Unidos (65) son algunos de los estados donde la percepción de corrupción aumentó en 2024.
La lista anterior revela que países de varias regiones del mundo, con distintos tipos de gobierno y niveles de desarrollo económico han sido afectados por la tendencia.
Las metas medioambientales están en peligro
En el informe se advierte que la educación, la salud y otros servicios públicos no son los únicos afectados por la corrupción, sino también las iniciativas para combatir el cambio climático.
“La corrupción es la amenaza silenciosa que bloquea el progreso climático, desde los pasillos de las cumbres climáticas internacionales hasta las pequeñas ciudades donde los proyectos buscan ayudar a las comunidades vulnerables”, se lee en el índice.
“La corrupción amenaza los fondos climáticos que salvan vidas en todo el mundo. Se necesitan fuertes salvaguardas de integridad y anticorrupción en las iniciativas climáticas para garantizar su eficacia y proteger a miles de millones de personas vulnerables”, se agrega.
Sobre el índice
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), desde su creación en 1995, es el principal indicador mundial de corrupción en el sector público.
Este Índice asigna una puntuación a 180 países y territorios de todo el mundo, en función de las percepciones de corrupción en el sector público, utilizando datos de 13 fuentes externas, incluidos el Banco Mundial, el Foro Económico Mundial, empresas privadas de consultoría y evaluación de riesgo, grupos de expertos y otros. Las puntuaciones reflejan las perspectivas de expertos y empresarios.
Periódicamente, se revisa el proceso para calcular el Índice de Percepción de Corrupción y asegurar la mayor solidez y coherencia posible. La revisión más reciente fue en 2017, realizada por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea. Todas las puntuaciones de esta evaluación desde 2012 son comparables entre un año y el siguiente.