El presidente colombiano, Gustavo Petro, aseguró este jueves que «no es un caso aislado» la intimidación que soldados disfrazados de disidentes de las FARC llevaron a cabo contra una comunidad en el departamento de Córdoba, y criticó que «los que dieron la orden» quieren «que los hacendados vuelvan a ser paramilitares».
«No era un mensaje a los pobladores humildes de El Manso (…), el mensaje era para la sociedad para decirles este gobierno está hundiendo a Colombia en el desorden, en el caos, hay que poner orden», consideró el mandatario en una intervención en el acto de reconocimiento del sindicalismo como sujeto de reparación colectiva.
En palabras de Petro, «el mensaje iba directo hacia un grupo social específico, los hacendados de tierras productivas que no producen en Córdoba», a quienes les habían mandado una carta «porque no se podía dejar que organizaran el campesinado».
El pasado domingo, en la vereda Bocas del Manso, en Tierralta, Córdoba, un grupo de militares armados y disfrazados de disidentes de la antigua guerrilla de las FARC intimidaron a los habitantes del caserío, situación que fue rechazada desde varios sectores del país.
El Ejército informó que eran 24 los militares que participaron en esta acción (1 oficial, 2 suboficiales y 21 soldados) y que ya fueron trasladados a Montería (capital de Córdoba) para que las autoridades puedan investigar los hechos sin interferencia de los protagonistas.
No repetir la historia
«¿Qué buscaban quienes dieron la orden?», cuestionó el jefe de Estado, para contestar que «los que dieron la orden» quieren que «los hacendados vuelvan a ser paramilitares, es decir, a que repitamos esta historia».
En esta línea, Petro recordó que «ningún soldado se debe prestar otra vez a fusilar jovencitos y a matar campesinos, eso no puede ser en Colombia, ningún soldado se puede prestar a ese tipo de órdenes, porque eso solo lleva a la barbarie».
«El Ejército de Colombia no se llena de gloria y honor, se llena de sangre, no es ese el camino, se llena de indignidad», concluyó Petro.
Tras conocerse el suceso, una comisión de la Fiscalía y de la Procuraduría fue atacada cuando se desplazaba hasta el lugar de los hechos en un helicóptero militar.
El ataque se produjo el miércoles en la tarde cuando una «comisión integrada por 20 delegados de la Fiscalía y la Procuraduría y demás autoridades, que se desplazaba vía aérea hasta la vereda Bocas del Manso, en Tierralta, Córdoba, para verificar los hechos, fue hostigada con armas de largo alcance cuando se aproximaban al sector», según explicó el Ejército ayer.
EFE