El régimen de Nicolás Maduro decidió extender hasta el 30 de abril la restricción de vuelos a Aruba, Bonaire y Curazao, al estos no llegar a un acuerdo en la reapertura de fronteras, reportó la agencia EFE.
Una delegación de funcionarios venezolanos, junto a homólogos de Aruba, Bonaire y Curazao y el Reino holandés, se reunieron para intentar reanudar el tráfico aéreo y por mar que lleva suspendido desde el 2019 tras una decisión unilateral tomada por Venezuela.
Y, de acuerdo con un portavoz, la intención era anunciar la primera fase de la reapertura, que incluía a embarcaciones, y celebrar reuniones para discutir la reanudación del tráfico aéreo.
Según dijo el Gobierno de Curazao, las negociaciones se llevaban a cabo de manera «cordial» y «en un buen ambiente». Sin embargo, la reanudación del tráfico aéreo aún es un asunto complicado, ya que los representantes del Reino de los Países Bajos descartaron comprometerse totalmente a la reapertura.
Esto provocó la molestia de los funcionarios venezolanos, quienes entonces decidieron presionar más a las autoridades neerlandesas amenazándolas con imponer una zona de no vuelos entre los países vecinos por tres meses.
En enero pasado, el régimen chavista aseguró que «junto al Reino holandés (neerlandés), trabajaríamos con una reapertura gradual de las fronteras con las islas caribeñas».
Por su parte, el primer ministro de Curazao, Gilmar Pisas, dijo a los medios locales previo a las reuniones, que el objetivo era reabrir las fronteras en fases, comenzando con la marítima.
Esto le daría la oportunidad a que las embarcaciones venezolanas de frutas y vegetales pudiesen regresar a las islas.
Pisas explicó que la reapertura de las fronteras de las fronteras a estas naves era para reducir el alto costo de los alimentos, pero que también era crucial para el tráfico aéreo con Venezuela, pues así las personas podían regresar a su país de origen.
Venezuela cerró sus fronteras con Aruba y Curazao en febrero de 2019, aunque ya había hecho lo propio con Aruba un año antes.
EFE