La Corte Penal Internacional (CPI) abrirá dos casos de crímenes de guerra contra Rusia vinculados a la invasión de Ucrania y tramitará órdenes de arresto contra varias personas, según informa The New York Times.
En estos casos se prevén sendas acusaciones contra Rusia por secuestrar a niños ucranianos y atacar deliberadamente la infraestructura civil del país, aseguró el diario, que cita fuentes de funcionarios que han estado relacionados con estas decisiones y que no estaban autorizados a hablar públicamente de ellas.
Se trata de los primeros cargos internacionales que se presenten desde el comienzo del conflicto, el 24 de febrero del pasado año, y se producen después de meses de trabajo por parte de equipos especiales de investigación de los crímenes de guerra, según el rotativo.
En las investigaciones se alega que Rusia secuestró a niños y adolescentes ucranianos y los envió a campos de reeducación rusos, y que atacó deliberadamente la infraestructura civil.
El fiscal jefe, Karim Khan, primero debe presentar sus cargos ante un panel de jueces de instrucción, que antes de emitir órdenes de arresto decidirán si se han cumplido los estándares legales o si los investigadores necesitan más pruebas.
El diario neoyorquino señala que no está claro a quién planea acusar el tribunal en cada caso. Y cuando se le pidió que confirmara las solicitudes de órdenes de arresto, la oficina del fiscal se limitó a decir: “No discutimos públicamente los detalles relacionados con las investigaciones en curso”.
Tras conocerse la decisión que tomará el despacho del fiscal Khan, el Kremlin recordó que Rusia no reconoce la jurisdicción de la Corte Penal Internacional. «No reconocemos este tribunal, no reconocemos la jurisdicción de esta corte. Así es como tratamos este asunto», dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.
La Haya sí puede juzgar crímenes de guerra y contra la humanidad que puedan haber cometido en Ucrania las fuerzas rusas, pero el tribunal no tiene competencias para enjuiciar la decisión de invadir ese país, lo que hace muy difícil sentar en el banquillo al presidente ruso, Vladímir Putin.
EFE