Nacido en Mérida, Venezuela, Gabriel Enrique Paredes Barboza descubrió su amor por el rugby desde muy temprana edad. En los campos de su ciudad natal, perfeccionó sus habilidades y tejió un vínculo profundo con el deporte ovalado. Fue criado en una familia donde el deporte era un lazo unificador y lo recuerda con cariño: «Al sentarnos todos a comer era inevitable hablar de rugby». Esta relación no solo cultivó su amor por el juego, sino que también le brindó una base sólida para su futuro éxito en el campo profesional.
Por Aneley Ortega
Gabriel lleva consigo la profunda inspiración que le inculcaron sus tíos: Carlos Barboza y Pablo Barboza, quienes se destacaron como figuras prominentes en el rugby en Mérida. «Mi mamá es una fanática apasionada. Su entusiasmo y su apoyo, los relatos de las hazañas de mis tíos y mi padre en el campo de juego, así como los valores que promueven, resonaron profundamente en mí desde niño, guiándome hacia el camino del rugby«, explicó.
Durante toda su juventud, no solo demostró ser un atleta excepcional, sino también un auténtico modelo a seguir en la comunidad rugbística local. Su pasión por el deporte se manifestó en cada paso que dio, llevándolo a representar con orgullo a Venezuela en la selección nacional y por muchos años como miembro destacado del Club Caballeros de Mérida en competencias nacionales e internacionales. Sin embargo, el destino guió a Gabriel hacia un nuevo horizonte en otro país. La migración no disminuyó su entusiasmo, sino que la transformó, y una vez más, el rugby cruzó su camino. Pero esta vez, el terreno del juego cambió, y no solo se unió al rugby chileno, sino que también asumió un rol fundamental: el de Coordinador de Logística en la Federación Nacional de Rugby de Chile.
Su travesía en la Federación comenzó hace tres años y a lo largo de este arduo camino, él y su equipo han enfrentado diversos desafíos, pero con dedicación y esfuerzo han sabido convertirlos en oportunidades para aprender y crecer. Juntos, han logrado alcanzar hitos significativos que han desencadenado en la emocionante oportunidad de participar en el próximo Mundial de Rugby 2023 en Francia.
«Mi llegada a la federación surge de la necesidad que el equipo tenía de alcanzar metas a largo plazo», revela Gabriel, reconociendo que el éxito de un equipo va más allá del campo de juego, debido a que ha desempeñado un papel fundamental en la planificación y ejecución de estrategias que han fortalecido la infraestructura y el funcionamiento interno.
—¿Qué desafíos has enfrentado al trabajar en un entorno deportivo internacional y multicultural?
—Adaptarnos a diferentes formas de trabajar y abordar situaciones requiere flexibilidad y paciencia. Sin embargo, esta diversidad también es una fuente de fortaleza, ya que nos brinda perspectivas únicas y nos permite aprender constantemente. A medida que avanzamos, hemos descubierto que nuestro equipo se ha convertido en algo más que compañeros: se ha transformado en una familia. Los numerosos viajes compartidos y los momentos de celebración y adversidad han forjado lazos que van más allá de lo profesional. Esta conexión profunda nos ha permitido apoyarnos mutuamente y enfrentar los desafíos con solidaridad, creando un ambiente en el que todos podamos prosperar y lograr juntos algo verdaderamente extraordinario.
—¿Cuáles son algunos de los aspectos más complejos de organizar la participación de Chile en su primer Mundial de Rugby en otro país?
—Representa una serie de desafíos complejos que requieren una planificación minuciosa y una ejecución precisa. Coordinar aspectos logísticos como viajes, alojamiento y transporte para un equipo y su personal técnico en un entorno extranjero demanda una atención especial a los detalles. A pesar de que esta experiencia es novedosa para la mayoría de los integrantes, el compromiso de mantener un estándar de prolijidad se refleja en cada aspecto del proceso. En este torneo, la gestión de la presión y las expectativas también se convierten en elementos cruciales para un rendimiento óptimo. Mediante la sinergia entre todos los miembros del equipo y una disposición constante para aprender, el conjunto chileno está afrontando con audacia este desafío histórico.
—Dado que es un hito histórico para Chile en el rugby, ¿Qué significa para ti participar en toda esta etapa?
—Para mí, ser parte del staff de un equipo que compite en su primer Mundial es un sueño hecho realidad. He vivido cada etapa de este proceso y sé lo duro que fue para todo el equipo. Además, el hecho de compartir este escenario con equipos mundialistas agrega un nivel de enriquecimiento invaluable. La interacción con otros jugadores y sus enfoques nos brindarán una perspectiva única, permitiéndonos aprender de su experiencia y fortalecer nuestras propias estrategias. Jamás hubiese imaginado como apasionado a este deporte, ir a un mundial es algo que no puedo explicar.
«Estoy emocionado por el camino que tenemos por delante y estoy seguro de que cada momento en esta experiencia será inolvidable, tanto en lo personal como en lo profesional», concluyó emocionado Gabriel. Su entusiasmo refleja el profundo compromiso que siente hacia este desafío junto a la Selección Chilena y su determinación de dejar una huella perdurable en el mundo del rugby.
Esta semana el Head Coach de los Cóndores, Pablo Lemoine, anunció la lista de jugadores que representarán a Chile en el Mundial de Francia 2023. La convocatoria inicial incluyó solo a 30 de los 33 jugadores correspondientes. Los nombres de los tres jugadores restantes serán anunciados en los próximos días.