Los fiscales que investigan las circunstancias que rodearon la muerte de Diego Maradona postergaron este viernes hasta el 14 de junio próximo el inicio de las declaraciones indagatorias de los siete imputados por presunto “homicidio simple con dolo eventual”.
Vía EFE
La Fiscalía General de la localidad bonaerense de San Isidro había fijado para el próximo lunes la convocatoria a las primeras indagatorias, pero han decidido reprogramarlas dada la crítica situación sanitaria por la pandemia de covid-19 que atraviesa el país, ya que planean que se realicen en forma presencial.
Quienes serán indagados como imputados son el neurocirujano Leopoldo Luque; la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Ángel Díaz; la médica que coordinaba la internación domiciliaria del exfutbolista, Nancy Forlini; el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni, y los enfermeros Ricardo Omar Almirón y Dahiana Gisela Madrid.
En este marco, a pedido de los fiscales, el juez de garantías del caso, Orlando Díaz, les prohibió este jueves la salida del país.
Los fiscales decidieron imputar a los profesionales de la salud que asistieron a Maradona por presunto homicidio con dolo eventual, delito por el que se prevé penas de 8 a 25 años de prisión, luego de recibir a inicios de este mes el informe de la junta médica donde once peritos evaluaron las circunstancias de su muerte.
En tanto, acusan también a Luque y Cosachov de los delitos de uso de documento privado falso y falsedad ideológica, respectivamente.
Del informe de la junta médica, difundido por medios locales, se concluye que el desempeño del equipo de salud que asistía a Maradona fue “inadecuado, deficiente y temerario” y abandonó “a la suerte el estado de salud del paciente”.
La autopsia al cuerpo del excapitán y exseleccionador de Argentina determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”.
También descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.
Maradona, de 60 años y que padecía problemas de adicción al alcohol, había sido ingresado en una clínica de La Plata el 2 de noviembre por un cuadro de anemia y deshidratación y un día después fue trasladado a un sanatorio de la localidad bonaerense de Olivos, donde poco después de llegar fue operado por un hematoma subdural en la cabeza.
El 11 de noviembre recibió el alta médica y se trasladó a una casa en un barrio privado de las afueras de Buenos Aires, donde falleció el 25 de noviembre.