El serbio Novak Djokovic tuvo que canalizar su furia este martes para batir al inglés Cameron Norrie en dos sets, por 6-3 y 6-4, en los octavos de final del Masters 1.000 de Roma.
Djokovic ya está en cuartos, es el primer tenista del cuadro en conseguirlo. Y sin Carlos Alcaraz de por medio, el serbio es más que favorito para levantar el título en la tierra batida italiana que siempre ha sabido dominar.
Este año, eso sí, entre el mal estado de la pista y que todavía no está al cien por ciento con su codo, le cuesta algo más cerrar los partidos. Pero lo consigue.
En el primer envite, Nole quebró rápido a Norrie y se puso 3-0 arriba para encarrilar un set que pudo cerrar con otra rotura, pero desaprovechó dos bolas de set antes de encaminar la manga.
En la segunda, tuvo que exigirse más ante un combativo Norrie que acabó pidiendo asistencia médica. Djokovic cedió un saque pero quebró dos para reponerse.
Esta vez, además, no solo tuvo que sobreponerse a un sector del público al que mandó callar, sino que tuvo que calmarse tras el enfado monumental que tuvo cuando, en el segundo set, cedió una bola fácil y bombeada a su rival en la red y se dio la vuelta dando el punto por perdido. El inglés, con toda la pista para él y su rival rendido, remató con fuerza a la pierna de un Djokovic que se giró desafiante.
El enfado le duró al serbio varios minutos y puntos, al punto de que volvió a desafiar al británico en un descanso mientras este le esquivaba la mirada. Todo quedó en la pista, el serbio completó su victoria, la decimoséptima en octavos en toda su carrera en Roma, y se firmó la paz con un saludo al final del encentro.
En cuartos, se medirá al ganador del duelo entre el el noruego Holger Rune y el australiano Alexei Popyrin.
Con información de EFE