Dos goles, uno en la prórroga, de Cristiano Ronaldo hicieron realidad este sábado el sueño del Al Nassr: levantar por primera vez la Copa Árabe de Clubes, después de que el conjunto saudí se impusiera por 1-2 en un partido eléctrico al Al Hilal, que partía como favorito al haber ganado tres veces esta competición.
Con un Al Nassr con muchas dificultades para sacar el balón desde la línea defensiva, el Al Hilal aprovechó el talento de Rúben Neves para generar oportunidades, e incluso el propio portugués estuvo a punto de marcar su primer tanto en el minuto 3 con un disparo desde la frontal que se fue pegado al poste izquierdo.
La velocidad de Malcom y de Salem, la gran estrella saudí, fueron el principal recurso del Al Hilal durante los primeros minutos, pero falló la puntería, mientras que la intensa presión ejercida en el medio del campo obligó al Al Nassr a colgar balones al área en busca de la potencia de salto de Cristiano.
El Al Hilal fue un muro. Sobre todo Koulibaly y Kanno, que no perdieron de vista ni a Cristiano ni a Mané. No estuvo acertado el senegalés, que despertó a los fantasmas que le acecharon en el Bayern de Munich.
Marcelo Brozovic llevó la batuta del Al Nassr y reinó en el centro del campo, repartiendo excelentes pases que fueron desperdiciados -sobre todo por el extremo brasileño Taslisca- e incluso probó con disparos desde fuera del área que forzaron al meta Al Owais a lucirse.
Sin lugar a dudas, el portero de Al Hilal fue el mejor jugador del partido. Su instinto natural para estar bien colocado, su velocidad y la altura de su salto sirvieron para negar unos cuantos goles del Al Nassr, incluso un mano a mano con CR7.
El marcador no tardó en moverse. Un pase magistral desde la línea de fondo hacia el segundo palo de Malcom hizo volar a Michael, que en el 51 remató con la cabeza al fondo de la red para poner el 1-0 para el Al Hilal.
La inferioridad numérica, al parecer, le vino bien al Al Nassr y a Cristiano. El cinco veces Balón de Oro remató a placer un pase magistral medido al milímetro que le puso Al Ghannam a un par de metros de la línea de gol.
CR7 mostró que su instinto sigue intacto y celebró el gol agitando el dedo, como si le mandara un mensaje de «te lo dije» a Michael.
A punto estuvo el luso de marcar el segundo a falta de poco de que concluyera el tiempo reglamentario, pero el árbitro señaló fuera de juego y el partido se fue a la prórroga, que ofreció una lluvia de ocasiones a la altura de los fichajes de ambos equipos.
Al Boleahi sacó de chilena bajo palos un disparo de Cristiano, que no perdonó unos minutos después. El marfileño Seko Fofana estrelló un derechazo de rosca al larguero y CR7 estaba perfectamente colocado para cabecear el rechace al fondo de la red para poner el 1-2 definitivo en el 98.
Lo celebró con rabia Cristiano. Con una rabia que vale un título, el primero de Ronaldo en el Al Nassr tras una temporada en la que despertó más decepción que ilusión.
Aunque no todo fueron buenas noticias para el luso, que se marchó lesionado al final de la prórroga al chocar con Mohamed Jahfali en un salto.