La Organización Mundial de Salud (OMS) sugirió que las limitaciones a los viajes internacionales se dicten de forma limitada y basada en los datos, después de que el pasado noviembre la alerta por la variante Ómicron afectara nuevamente el tráfico aéreo global y no impidiera la transmisión de esta nueva cepa del coronavirus.
“Levantar o suavizar las prohibiciones de tráfico internacional ya que no aportan valor añadido y siguen contribuyendo al estrés económico y social que sufren los Estados Partes. El fracaso de las restricciones de viaje introducidas después de la detección y notificación de la variante Ómicron para limitar la propagación internacional de Ómicron demuestra la ineficacia de tales medidas a lo largo del tiempo. Las medidas de viaje (por ejemplo, el uso de mascarillas, la realización de pruebas, el aislamiento/cuarentena y la vacunación) deben basarse en la evaluación del riesgo y evitar que la carga financiera recaiga sobre los viajeros internacionales”, dice el comité en un de sus recomendaciones.
Ante el desigual reparto de vacunas que persiste a nivel global y las dudas sobre la eficacia de éstas a la hora de frenar la transmisión, el comité insiste en que los gobiernos no deben exigir prueba de vacunación a los viajeros internacionales.
“No exigir una prueba de vacunación contra el COVID-19 para los viajes internacionales como única vía o condición para permitir los viajes internacionales, dado el limitado acceso mundial y la distribución desigual de las vacunas contra el COVID-19. Los Estados Partes deben considerar un enfoque basado en el riesgo para la facilitación de los viajes internacionales mediante el levantamiento o la modificación de las medidas, tales como los requisitos de prueba y/o cuarentena, cuando sea apropiado, de acuerdo con la orientación de la OMS”, pide el comité.