El Gobierno portugués prolongó hasta finales de 2021 el régimen que impone el teletrabajo obligatorio siempre que sea posible en los municipios con mayor riesgo de transmisión de Covid-19, así como horarios desfasados en los casos donde no se pueda trabajar en remoto.
La medida fue aprobada hasta el 31 de diciembre, aunque se contempla la posibilidad de una prórroga posterior si la situación lo exige «tras consulta con los agentes sociales», detalló en comunicado el consejo de ministros.
El Ejecutivo luso impuso el pasado noviembre el teletrabajo obligatorio, independientemente del número de empleados de la empresa, en todos los municipios con incidencia a 14 días por encima de los 240 casos por 100.000 habitantes.
El teletrabajo será obligatorio sin necesidad de acuerdo por escrito entre las partes y siempre que existan condiciones para realizar las funciones en remoto.
Si estas condiciones no existen, la empresa debe comunicar al trabajador los motivos por los que no es posible teletrabajar y, en caso de no estar de acuerdo, el empleado puede solicitar a la Autoridad para las Condiciones del Trabajo que revise su situación.
El régimen también obliga a las empresas de más de 50 empleados donde no es posible teletrabajar a que establezcan horarios de entrada y salida desfasados para reducir el riesgo de contagio, así como «burbujas» de trabajadores estables y escalar las pausas para descansar y comer.
EFE