Los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), publicaron este miércoles un estudio que concluyó que quienes se vacunaron con dos dosis de las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer o Moderna -las dos más usadas en el país norteamericano- tienen un 94 por ciento de posibilidades de no ser hospitalizados como consecuencia de la enfermedad.
El porcentaje entre quienes recibieron una dosis fue del 64% para las personas mayores de 65 años, quienes tienen mayor riesgo de padecer cuadros graves.
El estudio se basa en los resultados de los ensayos clínicos sobre 417 adultos hospitalizados en 14 estados de Estados Unidos entre los meses de enero a marzo.
“Esta evaluación hecha con información real de varios lugares distintos del país sugiere que la vacunación proporcionó protección contra la hospitalización asociada al COVID-19 entre adultos de [65 años o más]”, afirma el estudio.
El virus es particularmente peligroso para las personas mayores, por lo que los resultados en ese grupo de edad son particularmente importantes.
La tasa de eficacia del 94% fue para las personas que estaban completamente vacunadas, lo que significa que habían pasado al menos dos semanas después de su segunda dosis.
Los de la primera dosis
Para las personas que solo fueron vacunadas parcialmente, lo que significa que pasaron más de dos semanas después de la primera dosis pero menos de dos semanas después de la segunda dosis, la efectividad contra hospitalizaciones fue del 64 por ciento.
En particular, no tuvo efectividad significativa la vacunación en las personas que se contagiaron menos de 14 días después de su primera dosis, lo que demuestra que se necesita algo de tiempo para que la protección se active y que las personas no deben ignorar las precauciones de inmediato.
Los resultados muestran que a medida que se extienden las vacunas, las hospitalizaciones y las muertes disminuirán, dijeron los CDC.
“Estos datos sugieren que continuar vacunando rápidamente a los adultos estadounidenses contra el COVID-19 probablemente tendrá un impacto marcado en la hospitalización por COVID-19 y podría conducir a reducciones proporcionales en las condiciones y muertes posteriores al COVID”, afirma el estudio.