Reporteros sin Fronteras denunció que la persecución a periodistas por parte del régimen chino pudo haber contribuido a la propagación del Covid-19, que ya ha dejado más de tres millones de muertos y cientos de millones de contagios en todo el mundo.
Por Infobae
Según la organización, al Beijing evitar que denunciantes advirtieran de lo que estaba pasando durante los primeros días del brote en Wuhan se impidió al mundo estar mejor preparados ante el inesperado virus.
En el índice proporcionado este martes por Reporteros sin Fronteras, China está de cuarto entre los 10 con peor libertad de prensa en el mundo. En los tres primeros puestos están los totalitarios Eritrea, Corea del Norte y Turkmenistán, y le siguen Yibuti, Vietnam, Irán, Siria, Laos y Cuba.
Sobre el régimen de Xi Jinping, RSF indicó que “sigue llevando a niveles sin precedentes la censura, la vigilancia y la propaganda en internet”.
“Podemos sentarnos en el Reino Unido y pensar que todo está bien aquí, pero en realidad lo que está sucediendo al otro lado del mundo puede afectarnos”, dijo Rebecca Vincent, directora de campañas internacionales de la organización. “Hemos dicho e insistiremos en ello que si la prensa hubiera sido más libre en China, entonces es posible que se hubiera evitado una pandemia mundial”.
Cuando se conocieron los primeros casos de coronavirus, a finales de 2019 en Wuhan, el régimen chino aplicó toda su brutal fuerza de censura para frenar cualquier información sobre lo que pasaba. Incluso las autoridades chinas persiguieron al médico Li Wenliang, quien fue el primero en denunciar lo que ocurría y que luego murió de Covid-19.
Vincent dijo que China utiliza su influencia global para intentar tapar los atropellos que comete contra su población e intentar vender otra imagen suya al mundo. “China tiene más periodistas en la cárcel que cualquier otro país del mundo, y esto se está filtrando gracias a sistemas internacional de información. El régimen hace lo posible para tratar de influir en cómo obtenemos y percibimos la información“.
Numerosos regímenes han aprovechado las urgencias ligadas al coronavirus para restringir aún más la libertad de prensa, que vive una “situación difícil” en 73 de los 180 países analizados, entre los cuales entra Venezuela, y “muy grave” en otros 59, lo que totaliza el 73 % del total.