Dos reclusos del retén de Cabimas, identificados como Ángel Eduardo Sanabria Ferrer (26) y Juan Carlos Godoy Rodríguez (32), fallecieron por tuberculosis entre la noche del miércoles 14 y la madrugada del jueves 15 de abril.
La ONG Una Ventana a la Libertad denunció que tras varias horas de espera para que trasladaran los cadáveres, y ante la falta de respuesta, los reclusos lanzaron los cuerpos a la avenida Andrés Bello de la localidad zuliana.
«No hubo traslado de los oficiales de la custodia externa, a cargo del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (CPBEZ) para el hospital local y el Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) tardó hasta las 11.50 de la mañana para recoger los cadáveres y trasladarlo a la morgue forense», denunció la organización.
Se conoció que Sanabria se encontraba recluido en el penal desde el 18 de febrero de 2017, por el delito de robo agravado, causa penal TJ-1375-17. Mientras que Ferrer ingresó al recinto desde el 19 de enero de 2016 por el delito de robo agravado , causa penal KE-2506-2016.
Esta semana, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) denunció que más de un centenar de presos del retén de Cabimas, en el estado Zulia, están afectados por un brote de tuberculosis.
Preocupación de Bachelet
El 11 de marzo la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, expresó su preocupación por la situación de los prisioneros en Venezuela, quienes han muerto debido a enfermedades como desnutrición y tuberculosis.
“Me preocupan los informes sobre muertes en detención a causa de la tuberculosis, desnutrición y otras enfermedades. Garantizar una alimentación y una atención sanitaria adecuadas es crucial para evitar más muertes trágicas“, dijo Bachelet en Ginebra, y advirtió que “un país es juzgado por cómo trata a sus más vulnerables, incluidos sus detenidos“.