La agrupación DDHH en Movimiento, conformada por organizaciones defensoras de derechos humanos que operan en la clandestinidad por la persecución en Venezuela, denunció este viernes que el régimen de Nicolás Maduro utiliza las excarcelaciones de presos políticos como una herramienta de manipulación política y diplomática, sin criterios de justicia ni participación de las víctimas.
En un extenso comunicado, las ONG advirtieron que en las últimas semanas se han registrado excarcelaciones «condicionadas y negociadas a espaldas de la mayoría de las víctimas y sus familiares», promoviendo figuras afines al régimen o funcionales a su permanencia en el poder.
Según alertan, este patrón busca redefinir quiénes son considerados interlocutores válidos, tanto dentro del país como frente a la comunidad internacional, mientras se deja fuera a actores democráticos con verdadero respaldo ciudadano.
“El sufrimiento humano está siendo usado como moneda de cambio”, advierten las organizaciones, que señalan que este tipo de maniobras configura lo que denominan una “diplomacia de rehenes”, donde la libertad de inocentes —venezolanos o extranjeros— se administra con fines de canje político.
La agrupación cuestiona la creciente visibilidad de actores políticos que, tras años de silencio, han asumido el rol de interlocutores en nombre de los presos políticos, sin tener legitimidad o mandato de los familiares y víctimas. Denuncian también presiones a las familias de los detenidos para participar en actos públicos que califican de “humillantes y manipulados”, lo cual —advierten— refuerza una lógica perversa de premiar el silencio y castigar la denuncia.
“Las excarcelaciones recientes no responden a criterios de salud, justicia o reparación. Han sido parte de un reparto de poder que excluye a quienes exigen un cambio real y promueven a actores alineados con el régimen”, afirma el comunicado.
Las ONG exigieron la liberación plena, incondicional y sin discriminación de todas las personas presas por motivos políticos, y llamaron a la comunidad internacional a no convalidar lo que consideran «un juego de espejos». Advirtieron que cada liberación usada con fines propagandísticos es acompañada por nuevas detenciones, perpetuando así la represión.
“Escuchar solo a quienes el poder autoriza no es diálogo, es complicidad”, sentenciaron. Y reafirmaron su compromiso con la verdad, la justicia, la libertad y la dignidad de quienes siguen encarcelados por disentir del régimen.