China y Estados Unidos intentaron este jueves reconducir las maltrechas relaciones entre las dos mayores potencias económicas del mundo a través de la primera llamada telefónica entre sus presidentes, en la que Xi Jinping advirtió a Joe Biden de que «una confrontación será una catástrofe».
«Un enfrentamiento entre China y Estados Unidos será sin duda una catástrofe para los dos países y para el mundo», aseguró Xi, citado por la agencia estatal de noticias Xinhua.
Las colisiones entre ambas potencias en planos como el comercial, el diplomático o el tecnológico habían sido frecuentes durante el gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump, una senda que Pekín quiere evitar a toda costa ya que, entre otros resultados, ha dañado a varias de sus empresas, como el gigante tecnológico Huawei o la fabricante de semiconductores SMIC.
En este contexto, no sorprendió que Xi considerara la cooperación entre los dos países como «la única elección correcta para ambas partes» y elogiara las más de cuatro décadas de relaciones diplomáticas entre Pekín y Washington como una contribución «a la paz, la estabilidad y la prosperidad global».
La excusa de la llamada -o así al menos lo orientan los textos publicados por Xinhua, del lado chino, y por la web de la Casa Blanca, del lado estadounidense- fue el Año Nuevo lunar, la festividad más popular en China, que este viernes entrará en el Año del Buey.
Así, Biden «transmitió sus felicitaciones y mejores deseos al pueblo chino», y después ambos mandatarios procedieron a abordar varios temas escabrosos en una partida de pimpón dialéctico cuyo resultado se apreciará solo con el transcurso del tiempo.
EFE
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