Este lunes Nicolás Maduro convocó a la «clase obrera» y al «pueblo armado» a una concentración el próximo 1 de mayo como parte de la celebración del Día Internacional del Trabajador, mientras mantiene a los venezolanos con el salario -el más bajo de la región- en Bs. 130 (menos de 2 dólares).
«Hagamos una poderosa marcha de la clase obrera, los cuerpos combatientes y la Milicia Nacional Bolivariana en todas las ciudades del país, de punta a punta, clase obrera y pueblo armado en las calles gritando paz», dijo en una transmisión por Venezolana de Televisión (VTV), dijo Maduro vestido con traje de campaña militar.
Salarios de hambre en Venezuela
La crisis salarial en Venezuela de los últimos años ha sido una de las más severas de América Latina, caracterizada por una pérdida sostenida del poder adquisitivo, estancamiento del salario mínimo y un aumento significativo en las protestas laborales.
Entre 2020 y 2025:
- 2020: El salario mínimo se incrementó en mayo a 400.000 bolívares, equivalentes a aproximadamente 4,66 dólares al tipo de cambio oficial de ese momento.
- 2021: En mayo, se estableció en 7.000.000 de bolívares, pero debido a la hiperinflación y la devaluación, su valor real en dólares disminuyó rápidamente.
- Octubre 2021: Con la reconversión monetaria, el salario mínimo se fijó en 7 bolívares digitales.
- Marzo 2022: Se aumentó a 130 bolívares, equivalentes a unos 30 dólares en ese momento.
- 2023–2025: El salario mínimo se ha mantenido en 130 bolívares, pero su valor en dólares ha caído a aproximadamente 3,5 dólares debido a la devaluación diaria del bolívar. Durante este período, el régimen de Maduro ha implementado bonificaciones en dólares, como el bono de alimentación y el bono de Guerra Económica, que suman entre 40 y 60 dólares mensuales. Sin embargo, estas bonificaciones no tienen incidencia en prestaciones sociales ni en el cálculo de beneficios laborales.
Aunque Venezuela logró salir técnicamente de la hiperinflación en 2021, la inflación sigue siendo elevada. En el 2023, la inflación fue del 189,8% según el Banco Central de Venezuela, y del 193% según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF). Mientras que en el 2024, la inflación acumulada hasta abril fue del 10,9% según el OVF, aunque las proyecciones para 2025 indican un posible repunte debido a la devaluación del bolívar y la imposición de nuevos aranceles y sanciones por parte del gobierno de Estados Unidos.
Entretanto, el bolívar ha experimentado una devaluación significativa, con el dólar paralelo superando los 100 bolívares en 2025, lo que ha exacerbado la pérdida del poder adquisitivo.
El sector educativo ha sido uno de los más afectados. En noviembre de 2023, un docente en el nivel más alto de la escala salarial ganaba 450 bolívares mensuales, equivalente a 0,43 dólares diarios, muy por debajo de la línea de pobreza fijada por el Banco Mundial.
Ante esta situación económica en Venezuela se han realizado numerosas protestas laborales, sobre todo en el sector educativo. Entre marzo de 2022 y enero de 2024, se registraron 7.157 protestas laborales, representando el 53,8% del total de manifestaciones en el país, muchas de ellas lideradas por sectores como salud, educación y empresas básicas, exigiendo mejoras salariales y condiciones laborales dignas.
La crisis salarial en Venezuela no solo refleja una economía profundamente deteriorada, sino también un sistema que ha dejado de garantizar condiciones laborales mínimamente dignas, en el que el poder adquisitivo de los trabajadores ha seguido desplomándose frente a una inflación persistente y una moneda en constante devaluación y la respuesta social no se ha hecho esperar: miles de protestas han evidenciado el descontento generalizado, especialmente en sectores clave como salud y educación, donde las consecuencias trascienden lo económico y comprometen el futuro del país.