Organizaciones feministas defensoras de derechos humanos publicaron este lunes 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, «El Libro Violeta de la Represión en Venezuela» que documenta los abusos perpetrados por el régimen de Nicolás Maduro contra las mujeres en Venezuela a partir de las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Ante el contexto de creciente represión en el país y para resguardar a las organizaciones que participaron, el informe no atribuye ni identifica ningún dato, sino que es firmado por el grupo Derechos Humanos Venezuela en Movimiento.
El informe documenta un aumento de la violencia política de género, que se ha puesto de manifiesto tras las elecciones presidenciales del 28 de julio.
De las 1.848 personas detenidas reportadas en el contexto de las protestas poselectorales, al menos 246 fueron mujeres, incluyendo a 28 niñas.
Denunciaron que las mujeres y niñas detenidas son especialmente vulnerables a ser víctimas de violencia de género, especialmente violencia sexual. La Misión de Determinación de los Hechos de la ONU investigó 11 casos, que incluyeron amenazas de violación y otros actos de violencia sexual, la mayoría de los cuales fueron perpetrados por funcionarios de la GNB, la PNB y la DGCIM.
Ataques a lideresas y defensoras de DDHH
Lideresas de organizaciones de mujeres, entrevistadas en el Libro Violeta, aseguraron que su seguridad y la de sus familiares está amenazada y enfrentan el dilema de resguardarse o continuar con su labor. Su salud mental se ha afectado. “Comencé a tomar ansiolíticos – no hay virtud en el sufrimiento”, dijo una de ellas.
Estas mujeres están expuestas a campañas de desprestigio, ataques en redes sociales y amenazas. Por ello han disminuido las actividades presenciales y evalúan constantemente las estrategias para minimizar riesgos, adoptando incluso la autocensura como medida de protección.
Una encuesta realizada a 11 de ellas arrojó que 50% de las encuestadas ha sido blanco de ataques sexistas. Mientras que 91% ha sido testigo de ataques y hostigamientos a otras mujeres lideresas.
Enfrentan además dificultades para garantizar la sostenibilidad de sus iniciativas, pues las opciones de financiamiento local son casi inexistentes y las internacionales son limitadas.
Normativas legales como la Ley de Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de las Organizaciones No Gubernamentales y Organizaciones Sociales Sin Fines de Lucro intensifican el cierre del espacio cívico, limitando la capacidad de las organizaciones de mujeres para ampliar su impacto.
A pesar de este panorama, siguen luchando para mantener las organizaciones activas. “En total, cerca de 200 mujeres se verían impactadas si dejamos de trabajar – ¿cómo hacemos para dejarlas solas? No podemos”, aseguró una de las entrevistadas.
Que dejen o modifiquen su activismo político es una solicitud recurrente que le hace su entorno cercano a las lideresas políticas.
Reducir su visibilidad pública ha sido una de las estrategias empleadas para minimizar los riesgos. A pesar de estos desafíos, 55% ha fortalecido sus relaciones de confianza con otras mujeres políticas y 91% está dispuesta a colaborar con otras lideresas.
Resiliencia y resistencia
Las organizaciones de mujeres y lideresas políticas han sido blanco específico de represión y sienten en primera línea los efectos del cierre del espacio cívico, lo que limita su capacidad para articular respuestas.
A pesar de ello, destacan que continúan desempeñando un papel clave de salvaguarda del espacio cívico, construyendo espacios de solidaridad frente a un entorno hostil.
El «Libro Violeta» concluye que el reconocimiento del papel central de las mujeres en la lucha por la justicia y los derechos humanos es indispensable para avanzar hacia una comprensión integral de la crisis venezolana. La resiliencia y resistencia de las mujeres es un eje crucial para la reconstrucción del tejido social y la búsqueda de una sociedad más justa e inclusiva.