El régimen de Nicolás Maduro condenó «enérgicamente» la explosión simultánea este martes de un gran número de buscapersonas (o beepers) en manos de miembros del grupo chií Hizbulá en varios puntos del Líbano, que dejó, al menos, nueve muertos y 2.800 heridos, de lo que el Ejecutivo de Nicolás Maduro acusó a Israel.
«El Gobierno bolivariano expresa sus más sinceros sentimientos de cercanía al pueblo y Gobierno libanés por tan lamentable suceso, al tiempo que expresa un mensaje de aliento y solidaridad a los familiares de las víctimas y heridos», dijo en un comunicado el país caribeño, que calificó el hecho como un «ciberataque perpetrado por Israel».
Señaló que este «ataque articulado a través de un sofisticado método de terror e intimidación a la población se suma a las aborrecibles técnicas utilizadas por Gobiernos hostiles en la peligrosa y creciente escalada de tensión política y militar en el Oriente Próximo».
Asimismo, hizo un llamado al «diálogo genuino para la solución de las diferencias» y para «el mantenimiento de la paz y el bienestar» de las naciones.
Sobre las 15:30 hora local, los buscapersonas detonaron en cadena en diferentes lugares, principalmente del sur del país y de los suburbios meridionales de Beirut, ambos controlados por el movimiento, sin que todavía esté claro cómo fueron infiltrados los aparatos.
La formación chií confirmó en un comunicado que los mensáfonos estaban «en posesión de varios trabajadores en diferentes unidades e instituciones de Hizbulá», y posteriormente atribuyó la autoría de la operación a Israel, con quien libra un conflicto fronterizo desde el pasado octubre.
Con información de EFE
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