Nuevos récords de muertes y contagios y filas de ambulancias a la entrada de hospitales marcan la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Portugal, un país que atraviesa un momento crítico de la pandemia de coronavirus y que permitirá a sus ciudadanos salir de su confinamiento para ir a las urnas.
Vía El Mundo
El país es líder mundial en muertes y nuevos contagios por millón de habitantes, según datos de la Universidad de Oxford, y vive al borde del colapso sanitario, cuya última evidencia son las filas de ambulancias que esperan una cama para dejar a los enfermos que transportan, vistas en las últimas horas en Lisboa.
Es la fotografía de un país al límite, que ha superado este sábado la barrera de las 10.000 muertes desde que comenzó la pandemia y que, tras sumar los nuevos récords de 274 fallecimientos y más de 15.000 contagios en las últimas 24 horas, está a punto de abrir un paréntesis en la norma de «quedarse en casa».
Entretanto, «hay que votar este domingo». Así insisten candidatos y autoridades, para elegir presidente en un momento crucial para Portugal. Los colegios se han abierto y la jornada transcurre dentro de la normalidad.
Votar es seguro
Tan relevantes son estos comicios que ir a votar será razón autorizada para que los electores residentes en territorio nacional salgan del confinamiento que comenzó el pasado día 15. Son más de nueve millones de personas, que tras casi diez días escuchando que deben quedarse siempre que sea posible en casa ven cómo ahora se les anima a salir.
«Votar es seguro», afirman carteles colocados, entre otros sitios, en el Metro de Lisboa, en los que se informa de que será obligatorio el uso de mascarilla, mantener la distancia en la cola, desinfectarse las manos y, a poder ser, llevar su propio bolígrafo.
Además, se han tomado medidas extraordinarias para estas elecciones, como permitir el domingo electoral la movilidad entre municipios para votar -algo prohibido los fines de semana- y ampliar el voto anticipado. Casi 250.000 personas se inscribieron para esta modalidad a través de la cual se depositaron votos el pasado domingo.
Es una cifra récord, pero aún baja si se tiene en cuenta que hay más de 9 millones de personas que pueden votar en Portugal, a los que se suma otro millón y medio en el extranjero. También se ha ampliado el número de mesas, se han recogido las papeletas de los infectados y las personas en aislamiento en sus propios domicilios -aunque se quedan sin votar los que den positivo en los 10 días previos- y se permite a los ancianos en residencias que voten en los propios centros.