La integración, el alojamiento y la protección son las tres principales necesidades de los migrantes o refugiados venezolanos en Latinoamérica, revela informe de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (Plataforma R4V) presentado en Panamá.
«Las necesidades de las personas refugiadas inmigrantes abarcan a 4,2 millones de personas. Si se destacan que la integración, la protección y el alojamiento (como) una de las necesidades más apremiantes no descartando las otras», dijo este jueves el co-coordinador de R4V, Johan González.
El ‘Análisis de necesidades de refugiados y migrantes’ 2024, de la Plataforma R4V, presentado en Ciudad de Panamá, en medio de la crisis política venezolana tras las elecciones del pasado 28 de julio, se llevó a cabo en 15 países de América Latina y el Caribe con más de 14.000 encuestas a hogares que corresponden a más de 41.500 opiniones.
Los «limitados recursos económicos y los elevados precios de los alquileres, junto con la solicitud de documentación, a menudo inalcanzable (especialmente para quienes se encuentran en situación irregular), se identificaron como los principales obstáculos para conseguir una vivienda segura y adecuada», recoge el texto.
Consecuencia de ello, según el informe, hay «mayor riesgo de desalojo y de quedarse sin hogar, lo que afecta a uno de cada cinco hogares venezolanos en destino, mientras que uno de cada dos hogares venezolanos en la región (un 52%) reside en viviendas con condiciones inadecuadas e insostenibles a largo plazo».
Más del 23% de las personas refugiadas y migrantes viven «en condiciones de hacinamiento, lo que afecta su acceso a servicios de agua, saneamiento e higiene adecuados y seguros«, según el informe que además señala que tienen mayores implicaciones «en su salud, bienestar y seguridad», incluido la violencia machista.
«Se han hecho esfuerzos también (pues) 230.000 personas han accedido a vivienda gracias a la ayuda de los actores de R4V, (pero) aún tenemos que seguir e incrementar los esfuerzos en la región», aseguró González.
Desempleo, irregularidad y xenofobia
En toda la región, casi el 68 % de los migrantes venezolanos «han logrado obtener dicho estatus regular o la condición de refugiado», según el informe que destaca que aún así «unos 2,2 millones permanecen en situación irregular, debido, principalmente, a los altos costos y a los estrictos requisitos de entrada y visado, así como a complejos procesos legales».
También, el 16 % de esos migrantes encuestados están desempleados, mientras que alrededor del 82 % trabaja en la informalidad, «a menudo asociado a salarios más bajos, falta de protección social y condiciones de trabajo inseguras».
El análisis de Plataforma R4V destaca que esas barreras también afectan a la integración social, a la independencia financiera y genera menos ingresos, pues el 41 % no tiene acceso a esos servicios económicos.
«(Aún) nos quedan 2,2 millones de personas que necesitan acceder a un sistema o un reconocimiento regular para poder integrarse en la sociedad, acceder a un trabajo formal (o) acceso un sistema financiero», explicó el co-coordinador de la plataforma.
El precio de los pasajes del transporte local impiden el «acceso a servicios vitales, como citas médicas y educación para niñas y niños» pues el 22 % de los infantes está sin escolarizar ya que -según el informe- las familias migrantes «priorizan el dinero para necesidades más inmediatas, como la comida y el alquiler».
También al menos un 18 % de los migrantes sufrió xenofobia y discriminación en su lugar de trabajo.
«Es importante hacer un llamado a la comunidad internacional para que una vez lancemos nuestro plan tengan los requerimientos financieros que necesitamos para poder aliviar o sustentar esas necesidades de los refugiados», concluyó González.