La directora del Instituo Casla, Tamara Suju, presentó este jueves el Informe Anual 2020 sobre crímenes de lesa humanidad en Venezuela, donde se informa sobre 25 nuevas denuncias que comprenden actos de tortura, detenciones arbitrarias y violencia sexual.
El informe demuestra que al menos 141 personas entre 2014 y 2020 fueron víctimas de detención arbitraria y diversas torturas.
Varias víctimas dieron testimonios de que fueron torturados por funcionarios, entre ellos cubanos, quienes los obligaron a desnudarse para tocar sus partes íntimas, así como también fueron golpeados con un martillo en sus uñas, y recibieron descargas eléctricas en los senos y otras partes del cuerpo.
Asimismo, el Instituto Casla destaca que 10 víctimas fueron obligadas a manipular su excremento para luego untárselo en el cuerpo.
Detenidos en el sótano del DGCIM
Suju explicó que los detenidos en el sótano del DGCIM estaban privados de libertad en un lugar que no cumplen las reglas mínimas para ello, debido a la gran contaminación del aire.
En ese sentido, explicó las víctimas sufrían de mareos, vómitos, afecciones en la piel, insomnio, pérdida paulatina de la visión, caída del cabello y de algunos dientes, entre otros.
«Para castigarnos apagaban el aire acondicionado que era lo que medio nos aliviaba del aire contaminado, lo normal era tener mareo, vómitos, insomnio», fue el testimonio de una de las víctimas.
«Los centros de tortura clandestinos y oficiales siguen aumentando. Que el régimen invierta en su remodelación y construcción demuestra la estrategia que planea seguir usando», dijo Suju.
Por otra parte, la directora del Instituto Casla reveló que hay funcionarios iraníes que están recibiendo cursos ofrecidos por funcionarios cubanos para formarse en la Escuela Psicológica de Venezuela en Fuerte Tiuna para controlar a los ciudadanos.