Sin mención en el programa oficial de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), invisibles en las multitudes y víctimas de provocaciones en los últimos días, la comunidad LGBT+ católica en Lisboa busca su lugar en este macroencuentro cristiano y aspira a una mención pública del papa.
¿Les gustaría una mención directa del papa a la comunidad LGBT+? «Yo puedo siempre soñar con el cielo, ¿no? Si pudiera haber una mención, claro que sí, sería importantísimo, pero no sé si es una batalla que el papa quiere en este momento», responde Ana Carvalho, cofundadora del Centro Arco-Íris, que se abre a acoger a jóvenes católicos LGBT+ durante la JMJ.
«Desearía que el papa dijera mañana ‘Ah, acabó, ya no hay nada'», añade sobre la normalización de estas personas dentro de la Iglesia, «pero eso no va a ocurrir ni mañana ni pasado, aunque estamos en camino», dice en declaraciones a EFE.
Pero, admite, «las cosas no son sólo porque el papa quiera que ocurran», porque «puede quererlo, pero puede no ocurrir».
La semilla del Centro Arco-Íris surgió en la JMJ de Panamá en 2019, cuando Carvalho, junto a un grupo de católicos, comenzó a organizar una agenda en la jornada de Lisboa.
Ahora, ocho personas coordinan este programa, que incluye charlas con teólogos y sacerdotes, proyecciones y encuentros en varios idiomas, a los que han asistido peregrinos de España, Portugal, Estados Unidos y Corea del Sur, entre otros.
«Lo principal es estar aquí de puertas abiertas y brazos abiertos para quien quiera venir a esta llamada del papa a la jornada. Claro que los temas son un poco más ligados a la comunidad y a esta periferia que es la LGBTAQ+ dentro de la Iglesia», resume Carvalho, que, a sus 50 años, quiere apoyar a los más jóvenes.
Arco-Iris llevó su propuesta a la JMJ, «están completamente a la par de lo que estamos desarrollando. No estamos en el programa oficial, pero nadie nos va a cerrar la puerta», aclara.
Sin embargo, la presencia de la comunidad LGBT+ en la JMJ no ha sido bien recibida por todos.
Boicot a misa organizada por los LGBTI
Cerca de una docena de personas intentó boicotear este jueves una misa en Lisboa organizada por Arco-Iris, en la que participaban cerca de 30 fieles.
La activista explicó que un grupo -que medios locales identifican como ultracatólicos- impidió la eucaristía y tuvo que intervenir la Policía de Seguridad Pública.
El incidente ocurrió incluso tras cambiar de iglesia después de ser advertidos de que se preparaba un boicot convocado en redes sociales.
Carvalho dice que no han recibido «ninguna amenaza» directa contra el centro y lamenta este suceso, ya que, recuerda, el papa invita a «aceptar» a las personas.
No es la primera vez que denuncian un incidente. El pasado día 1, un peregrino que portaba una bandera trans en la calle recriminado por participantes de la JMJ.
En un vídeo colgado en una red social, se escucha al joven defender su derecho a llevar la bandera: «Estoy representando a mi pueblo, tal como los otros, con la bandera. Dios ama a todos».
«Sí, ama a todos, pero no debes hacer eso«, le respondió otro peregrino mientras le pedía que la guardara.
En otra publicación de este jueves, el mismo peregrino denunció que una persona le arrebató la bandera en la calle, pero logró recuperarla. «A la policía no le importó, como es habitual», añadió.
EFE / Carlota Ciudad