El régimen de Nicolás Maduro rechazó la extensión del decreto de la Casa Blanca que lo declara como una «amenaza» para la seguridad de Estados Unidos, emitido en 2015 por el presidente Barack Obama y prorrogado desde entonces.
A través de un comunicado, el régimen chavista aseguró que, con la «más reciente extensión» de la Orden Ejecutiva 13692, emitida por primera vez el 8 de marzo de 2015, el Gobierno estadounidense continúa con «la criminal política de agresión en contra del pueblo venezolano, mediante la imposición ilegal de medidas coercitivas unilaterales».
La Casa Blanca publicó este miércoles la extensión del decreto, al considerar que «las circunstancias» del país suramericano, que sufre una «erosión de las garantías de los derechos humanos», «no han mejorado, y continúan representando una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior» de EE.UU.
En este sentido, la llamada revolución bolivariana condenó, en el pronunciamiento, la «afirmación infundada de que Venezuela representa algún tipo de amenaza contra la nación estadounidense, aún más cuando es evidente que ha sido» el país caribeño el que «ha tenido que enfrentar una multiplicidad de amenazas, chantajes, agresiones y ataques que vulneran los derechos humanos».
«Con esta prorrogación de la política errática de la Casa Blanca, un Gobierno que se jacta de defender los derechos humanos y los principios de la democracia, no hace sino revelar, una vez más, su carácter autoritario, cruel y mentiroso, su irrespeto a la soberanía y a la autodeterminación de los pueblos, y su condición esencialmente colonialista», señaló el régimen de Maduro.
En el texto, expresó que «ninguna agresión, por grande que sea, doblegará la voluntad democrática» de Venezuela, cuyo régimen «espera que Estados Unidos» opte «por una política civilizada», en la que «imperen los principios de la diplomacia y el respeto mutuo».
EFE