El Gobierno del presidente Alberto Fernández calificó este jueves como «una novela» el escándalo por el avión venezolano-iraní que fue incautado por la justicia argentina para investigar sus presuntos vínculos con organizaciones terroristas.
«A veces la novela periodística pasa los límites de lo razonable», dijo la portavoz de la Casa Rosada, Gabriela Cerruti, en su rueda de prensa semanal, en la que aseguró que el Ejecutivo «llevó adelante todas las medidas que había que llevar adelante con respecto a esta aeronave».
A pesar de la investigación que adelanta la justicia, Cerruti aseveró que «ninguno de los miembros de la tripulación tenía ningún tipo de alerta o antecedente».
Además, sostuvo que «la embarcación no podía cargar nafta porque las empresas proveedoras de esa nafta tenían una alerta por sanciones económicas del gobierno de Estados Unidos a los países, no a la aeronave, no a la tripulación, y por eso es que no se les proveyó de combustible, y esta es la única alerta que existía».
Sin embargo, la realidad es que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó en 2011 a la aerolínea Mahan Air por transportar armas, recursos, equipos y personal de organizaciones terroristas, y en 2020 a Conviasa por servir a operaciones corruptas del régimen de Maduro.