El presidente sirio, Bashar al Asad, todavía no ha dado ningún discurso público desde el primer terremoto que golpeó el país hace ya cuatro días y que deja más de 3.000 muertos y una gran devastación en las áreas controladas por su Gobierno, además de en otras en manos de la oposición.
Aunque el silencio institucional es una herramienta habitualmente utilizada por las autoridades sirias, Al Asad acostumbra a dar discursos a la nación en momentos puntuales que así lo requieren y de vez en cuando incluso acepta entrevistas con algún medio o habla durante una sesión parlamentaria retransmitida en directo.
Además, sí han comparecido en rueda de prensa estos días miembros del Gabinete de Ministros y el primer ministro del país, Husein Arnous, que ayer mismo realizó una visita a zonas afectadas por los seísmos en las provincias noroccidentales de Latakia y Alepo en manos de Damasco, según la agencia oficial de noticias SANA.
Arnous inspeccionó las labores de rescate en marcha en esos puntos y se reunió con funcionarios locales, además de algunos ciudadanos, una especie de «tour» que el propio presidente sirio ha realizado en otras ocasiones, la más reciente para inaugurar infraestructura reconstruida tras quedar dañada en la guerra.
Entre las provincias más afectadas por los seísmos está Latakia, un bastión de la dinastía Al Asad con una significativa población alauita, minoría ética y religiosa a la que pertenece el mandatario, y también cristiana, otra comunidad clave para sus esfuerzos políticos.
También han sufrido en gran medida por la tragedia la región costera de Tartus, donde se concentran muchos de los más fieles partidarios de Al Asad, o la ciudad de Alepo, bandera de sus victorias contra los rebeldes durante la guerra y sobre la que impuso su control en 2016.
La tragedia golpeó Siria en medio de un creciente descontento popular debido a la grave crisis económica y humanitaria registrada en el país, donde también hay una grave escasez de combustible y recientemente se habían producido algunas protestas simbólicas contra Damasco en localidades meridionales.
En las zonas bajo el control de Damasco, cerca de 300.000 personas han tenido que abandonar sus hogares, según datos oficiales. EFE