El Gobierno francés anunció este jueves un endurecimiento de las condiciones de entrada a los viajeros procedentes del Reino Unido con el objetivo de intentar frenar la expansión de la variante Ómicron del coronavirus.
En primer lugar, se exigirá a las personas vacunadas un test negativo (PCR o antígenos) de menos de 24 horas, en lugar de las 48 actuales, que ya se exigía igual para los no vacunados, señaló un comunicado del Ejecutivo.
También será necesario un motivo “imperioso” para justificar la entrada en Francia, lo que supone limitar el acceso a los residentes en Francia y a sus familiares.
“No se permitirá desplazarse por motivos turísticos o profesionales”, afirma la nota.
Además, los viajeros deberán registrarse antes de su viaje en una plataforma digital en la que deberán detallar su dirección en Francia, donde tendrán que aislarse durante siete días, bajo control policial.
El control podrá ser levantado si, 48 horas después de su llegada, los viajeros presentan un nuevo test negativo.
Finalmente, el Gobierno galo aconsejó a los residentes en Francia que tenían previsto viajar al Reino Unido que aplacen su desplazamiento.
Se trata de un control “aún más drástico” que el preexistente y su objetivo es “ralentizar al máximo” la posible llegada de casos de la variante Ómicron procedentes de suelo británico, explicó el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, en declaraciones al canal BFM TV.
El ministro de Transporte de Reino Unido, Gran Shapps, expresó en Twitter, tras hablar con su homólogo galo, que los camioneros estarán exentos de estas nuevas medidas.
El Reino Unido registró el miércoles un récord de 78.610 casos diarios de coronavirus, una cifra favorecida por el elevado nivel de transmisibilidad de la variante Ómicron.
Por su parte, Francia tiene confirmados 240 casos de Ómicron, mientras que en Reino Unido la variante ha afectado ya a más de 10.000 personas, si bien las autoridades reconocen que es sólo una estadística oficial y la cepa está llamada a ser dominante en las próximas semanas.