El príncipe William, de 38 años, decidió compartir uno de los momentos más duros de su vida: padeció una profunda depresión después de presenciar las secuelas de un devastador accidente. Su crisis de salud mental se produjo después de que ayudó a salvar la vida de un niño gravemente herido solo unos años mayor que su hijo, el príncipe George, mientras trabajaba como piloto de helicóptero para el servicio de ambulancia aérea.
El futuro rey de Inglaterra describió en el podcast Time to Walk, de Apple Music que estará disponible a partir del lunes, cómo se vio profundamente afectado por lo que experimentó ese día. Fue “como si alguien hubiera puesto una llave en una cerradura y la hubiera abierto sin que yo diera permiso para hacerlo. Simplemente sientes el dolor de todos, el sufrimiento de todos. Y ese no soy yo. Nunca antes había sentido eso”.
Semanas después, su dolor se intensificó. “Sentí que el mundo entero se estaba muriendo”, recuerda. El hijo del príncipe Carlos se recuperó hablando con sus colegas y tratando de ayudar a la familia del niño.
Los padres del niño han hablado del extraordinario “amor y apoyo” que el heredero de la corona británica les ha brindado a lo largo del tiempo.
El príncipe se ha mantenido en contacto con Bobby, que ahora tiene diez años, y su familia, a lo largo de los años. Ese día les dijo a sus padres que “no dudaran” en pedirle cualquier cosa que pudiera hacer para apoyar la rehabilitación de Bobby, y lo cumplió.
El príncipe aseguró en su cuenta de Instagram que quiso hablar de este tema “con la esperanza de inspirar a otras personas a ponerse activas y tomarse un tiempo extra para su propia salud mental, quería compartir algunas de mis historias y canciones favoritas con ustedes en un episodio de Time to Walk”.
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