Estados Unidos denunció las «tácticas intimidatorias» empleadas por la dictadura de Miguel Díaz Canel para buscar impedir las protestas previstas para el 15 de noviembre en Cuba en reclamo por un cambio democrático en la isla.
«El régimen cubano implementó un amplio repertorio de penas de prisión severas, detenciones esporádicas, tácticas intimidatorias y actos de repudio en un intento de silenciar la voz del pueblo cubano que clama por un cambio, exige el fin de la violencia política e implora al régimen que libere a los cientos de manifestantes pacíficos detenidos después del 11 de julio«, denunció el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan sobre las protestas del 15 de noviembre en Cuba.
Sullivan advirtió que con estas acciones, el régimen cubano desconoció los derechos civiles y políticos que se enumeran en la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Cuba, como el derecho de reunión y asociación pacíficos, el derecho de libertad de opinión y expresión, y el derecho a no sufrir arresto y detención arbitraria o exilio.
Ante ello, ratificó que «Estados Unidos tiene la determinación de apoyar la voluntad del pueblo cubano en su esfuerzo por promover el cambio democrático como movimiento social inclusivo y amplio».
Además, instó al régimen cubano «a que se abstenga de aplicar la violencia contra manifestantes pacíficos y a que disponga la liberación inmediata de todos aquellos que han sido detenidos injustamente».
Finalmente, el asesor de la Casa Blanca alentó a la comunidad internacional a que manifieste su apoyo al pueblo cubano, y reafirmó que «Estados Unidos no cederá en su apoyo a la búsqueda, por parte del pueblo cubano, del reconocimiento de las libertades fundamentales y de una sociedad democrática y próspera».