El gobierno del presidente Alberto Fernández evitó condenar las elecciones fraudulentas en Nicaragua, con las que el régimen de Daniel Ortega impuso un nuevo mandato.
«A horas de haber finalizado el acto eleccionario, mantenemos nuestra tradición diplomática de no injerencia en cuestiones internas en otras naciones«, expresó la Cancillería argentina en un ambiguo mensaje difundido cerca de la medianoche del lunes.
El despacho del ministro Santiago Cafiero señaló que ratifican «su histórico compromiso con la defensa de los Derechos Humanos y apoya con firmeza el trabajo de la Alta Comisionada de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, respecto de la situación en Nicaragua».
También reiteró su «preocupación ante la detención de dirigentes opositores, así como la necesidad de que el gobierno nicaragüense vele por el respeto de los derechos humanos de toda la población».
Sin embargo, no cuestionó la falta de condiciones democráticas en el proceso electoral. Simplemente se limitó a expresar que «en Argentina entendemos que la democracia supone respetar la diversidad ideológica y la participación cívica sin proscripciones».
«Debemos acompañar al pueblo de Nicaragua para que cuanto antes recupere el diálogo y la convivencia democrática», concluyó.
A horas de haber finalizado el acto eleccionario, mantenemos nuestra tradición diplomática de no injerencia en cuestiones internas en otras naciones.
— Cancillería Argentina 🇦🇷 (@CancilleriaARG) November 9, 2021