Los diputados franceses aprobaron por unanimidad la madrugada de este jueves una proposición de ley para prohibir las terapias de conversión, práctica con la que grupos extremistas y religiosos han pretendido eliminar la homosexualidad.
La legislación prevé un delito contra los supuestos terapeutas que puede ser penado con hasta dos años de cárcel y 30.000 euros de multa, e incluso tres años de cárcel en caso de reincidencia, informó la agencia EFE.
En el punto de mira de la ley están las «prácticas, comportamientos o declaraciones repetidas destinadas a modificar o reprimir la orientación sexual o la identidad de género» de una persona con el fin de «alterar su salud física o mental».
El proyecto fue presentado por el partido del presidente Emmanuel Macron y contó con el respaldo de todos los partidos.
Entre las prácticas sancionadas figuran la hipnosis aplicada a homosexuales, la abstinencia o el exorcismo.