Ni el mejor guionista hubiera sido capaz de escribir lo que sucedió este sábado en Old Trafford, donde el futbolista portugués Cristiano Ronaldo tuvo se esperado reestreno en el Manchester United. Fue una actuación de película. Hubo ovaciones de principio a fin y él retribuyó el cariño recibido por el público siendo muy influyente en la victoria de su equipo por 4-1 ante el Newcastle United en la Fecha 4 de la Premier League.
Vía INFOBAE
Cuando apareció por el túnel de vestuarios, todo el estadio soltó una gran ovación. Había una enorme expectativa por volver a verlo otra vez con la camiseta de los Diablos Rojos y el Teatro de los Sueños lo manifestó apenas puso un pie en el césped para realizar el calentamiento. Aunque nadie podría presagiar que iba a jugar los 90 minutos e iba a marcar dos goles vitales para lograr el triunfo.
Una vez que el árbitro Anthony Taylor marcó el inicio del partido, todos los focos estuvieron en las acciones protagonizadas por un Ronaldo que vestía el número 7 en la espalda como en su etapa anterior. La primera jugada de peligro de CR7 fue un cabezazo demasiado forzado en el segundo palo y luego hizo delirar al público con un amago a Manquillo, una posterior bicicleta y zurdazo que pegó en el lateral externo de la red. Esa finta típica de su etapa anterior, cuando tenía una esencia más regateadora, le dio a los hinchas ese deja vu que tanto esperaban.
En lo que quedó de la primera mitad, se vio un Cristiano Ronaldo muy enérgico, intentando por varios caminos anotar un gol. Se posicionó como el hombre más adelantado de su equipo, jugó mayormente de espaldas en la frontal del área y permutó con su compatriota Bruno Fernandes para participar del juego interno. El central Jamaal Lascelles se transformó en su sombra, fue el hombre del Newcastle que supervisó todos sus movimientos.
Sobre el cierre del primer tiempo, llegó el momento más esperado. Mason Greenwood tomó el balón recostado sobre la derecha, recortó hacía el centro y sacó un remate que generó un rebote largo de Freddie Woodman. Y allí estaba Cristiano Ronaldo, en el momento justo y en el lugar indicado, para empujar la pelota y darle el 1-0 al Manchester United justo antes del descanso.
A 10 minutos de iniciar el complemento, el Newcastle logró empatar el partido con una jugada iniciada por el paraguayo Miguel Almirón que terminó con un tanto convertido por Javier Manquillo. Pero llegando al minuto 62, apareció Cristiano Ronaldo otra vez, se vistió de superhéroe en su reestreno y anotó el segundo gol en una acción que inició Luke Shaw en conducción al área y cedió el balón a la izquierda para que Cristiano ejecute un remate fulminante que se metió entre las piernas de Woodmann.
Aunque Ole Gunnar Solskjaer empezó a mover el banco cuando dio ingreso a Jesse Lingard por Jadon Sancho, decidió mantener al artillero luso en cancha. Cristiano siguió representando una amenaza para la defensa del Newcastle y vio de cerca el impresionante gol que convirtió Bruno Fernandes para sellar el 3-1 a falta de menos de 10 minutos para el cierre del partido.
Ronaldo buscó el hat-trick pero el encargado de firmar el 4-1 definitivo fue Lingard, quien tras una triangulación fantástica entre Pogba, Van de Beek y Martial (que dejó correr el balón con inteligencia) controló la pelota y la colocó contra un poste de forma magistral. Esa fue la frutilla del postre para un reestreno soñado de Cristiano, quien se retiró tan ovacionado como cuando apareció a hacer el calentamiento.
Fue una jornada soñada para el Manchester United, porque no solo tuvieron el reestreno brutal de Cristiano Ronaldo sino que también aprovecharon el tropiezo del Tottenham (cayó 3-0 ante el Crystal Palace en Selhurst Park) para llegar a lo más alto de la tabla de posiciones con 10 puntos. La temporada recién comienza pero CR7 ha demostrado que puede ser el factor diferencial para que los Diablos Rojos recuperen la grandeza.