Las autoridades del norte de Alemania hicieron un llamamiento el martes a miles de personas para que se vacunen de nuevo contra el COVID-19, después de que una investigación policial descubriera que una enfermera de la Cruz Roja podría haberles inyectado una solución salina.
Por Infobae
Se sospecha que la empleada no identificada inyectó solución de agua con sal en los brazos de las personas en lugar de dosis auténticas en un centro de vacunación de Frisia -distrito rural cercano a la costa del Mar del Norte- en abril.
“Estoy totalmente conmocionado por este episodio”, dijo en Facebook Sven Ambrosy, un concejal local, cuando las autoridades locales hicieron un llamamiento a unos 8.600 residentes que podrían haberse visto afectados.
Por el momento, solo se tiene confirmado que hizo unos pocos intercambios, pero no se puede descartar que haya sido una práctica generalizada de la mujer, por lo que se tiene en la mira a los miles de ciudadanos que fueron atendidos por la enfermera entre el 5 de marzo y el 20 de abril. “Para estar tranquilos, recomendamos que la gente se ponga una vacuna adicional”, añadió Ambrosy.
Aunque la solución salina es inofensiva, la mayoría de las personas que se vacunaron en Alemania en marzo y abril -cuando se produjo el presunto cambio- son personas mayores con alto riesgo de contraer la enfermedad, lo que eleva la urgencia de verificar si es que las personas afectadas están inmunizadas.
El investigador de la policía Peter Beer dijo que, basándose en las declaraciones de los testigos, había “una sospecha razonable de peligro”.
El motivo de la enfermera, que no fue nombrada, no estaba claro, pero había expresado opiniones escépticas sobre las vacunas en publicaciones en las redes sociales, dijeron los agentes. “Las investigaciones de la policía han demostrado que la persona estaba motivada para oponerse a la vacunación”, dijo Claudia Schröder, subdirectora del equipo de coronavirus de Baja Sajonia. No obstante, la mujer no ha colaborado con la investigación, lo que mantiene las dudas sobre el alcance de su sabotaje.
Según explicaron, pudo cambiar los viales porque era la persona a cargo de la preparación de jeringas en el centro de vacunación donde trabajaba.