La noche de este lunes 5 de julio, la Plaza Congreso, en el centro de Buenos Aires, y la Torre Monumental, en Retiro, fueron iluminadas con el tricolor venezolano, con motivo de los 210 años del Día de la Independencia.
El acto central se realizó frente al Congreso de la Nación y estuvo encabezado por la representante diplomática de la Asamblea Nacional legítima, embajadora Elisa Trotta Gamus, quien estuvo acompañada por miembros de la comunidad venezolana.
A la ceremonia también asistieron el excanciller argentino, Jorge Faurie; los diputados Waldo Wolff, Karina Banfi, Fernando Iglesias y Maxi Ferraro; la presidenta del partido Propuesta Republicana (PRO), Patricia Bullrich; los diplomáticos argentinos Paula Bertol y Diego Guelar; y la secretaria de derechos humanos de la Ciudad de Buenos Aires, Pamela Malewicz.
La embajadora Trotta destacó, que al igual que hace 210, hoy los venezolanos luchan por su independencia y su libertad.
«Luchamos, no con lanzas, fusiles o cañones como nuestros padres libertadores, pero sí por el mismo objetivo emancipador y liberador. Luchamos a pesar de las armas que la tiranía levanta contra nuestro pueblo y a pesar de que los poderes de nuestra nación están sometidos a la voluntad de una sola persona«, dijo.
Durante su discurso, la representante diplomática denunció que las violaciones a los derechos fundamentales continúan en el país, y se refirió al caso específico del director de la ONG FundaRedes, Javier Tarazona.
«La justicia injusta de Venezuela secuestró y apresó a Javier Tarazona, un defensor de derechos humanos probado, cuyo único delito fue levantar la voz contra los crímenes de lesa humanidad que la tiranía comete en las fronteras venezolanas«, señaló.
Finalmente, la embajadora del Gobierno interino de Juan Guaidó llamó a seguir luchando para volver a conquistar la democracia el Venezuela.
«Si la celebración del 5 de julio como un acto de rebeldía y profundamente civil ante la opresión es importante cada año, en estos tiempos lo es mucho más», concluyó Trotta Gamus.