Una de las vacunas cubanas, Abdala, mostró una eficacia del 92,28% para proteger a las personas contra el nuevo coronavirus, informaron fuentes oficiales el lunes, la misma jornada en la que se alcanzó un nuevo récord diario de contagios en la isla.
Por Infobae
Despachos de medios oficiales y publicaciones en redes sociales de la presidencia informaron que el mandatario Miguel Díaz-Canel visitó el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), responsable de desarrollar y producir Abdala, donde su directora Marta Ayala le comunicó del porcentaje.
El alcance del antígeno cubano es superior al exigido por la Organización Mundial de la Salud del 50% de protección para considerarla una vacuna válida.
“La eficacia con tres dosis de Abdala será un suceso que multiplicará el orgullo”, tuiteó el presidente Miguel Díaz-Canel, un poco antes de que se diera a conocer la noticia. Este dato fue anunciado, sin más detalles, en el programa Mesa Redonda de la televisión estatal. De esta forma, no se especificó cuántos positivos fueron reportados entre los voluntarios que recibieron el placebo y cuántos participantes se infectaron habiendo recibido la fórmula.
Con un esquema de tres dosis separadas por 14 días de diferencia, en diciembre comenzaron los ensayos clínicos fase I con 132 sujetos, posteriormente se sumó la Fase II con 660 voluntarios, antes de la masiva Fase III.
El anuncio llega sólo dos días después de que las autoridades científicas anunciaran que Soberana 2, el otro candidato vacunal de Cuba que también terminó sus tres fases de ensayos, alcanzó en los datos preliminares una eficacia del 62% con dos dosis, de las tres que contemplan los inmunizantes desarrollados en la isla.
Se espera también para estos días venideros, el resultado de los análisis para determinar la eficacia de Soberana 02 y Soberana Plus, —otra de las vacunas en prueba en la isla— que se colocan juntas en un esquema de dos de la primera y una de la segunda al final del ciclo.
Cuba es el primer país latinoamericano que cuenta con antígenos desarrollados y producidos por su propia industria farmacéutica estatal, un logro singular para un país pequeño, de escasos recursos materiales, sometido a sanciones de Estados Unidos y que atraviesa una dura crisis económica.
Abdala y Soberana 02 junto a Soberana Plus -estas últimas del Instituto Finlay- son las vacunas más desarrolladas de un conjunto de unas cinco que arrancaron diversos estudios en humanos.