Rusia declaró persona non grata a un diplomático italiano que tendrá que abandonar el país en un plazo de 24 horas, en respuesta a una medida similar tomada por Roma a finales de marzo cuando expulsó a dos funcionarios rusos por un caso grave de espionaje.
El Ministerio de Exteriores de Rusia convocó este lunes al embajador italiano, Pasquale Terracciano, para notificarle que el adjunto al agregado de Defensa de la Embajada de Italia, el agregado naval K. Pacifichi, fue declarado persona non grata, señaló en un comunicado el departamento que dirige Serguéi Lavrov.
Moscú tomó esta medida “en respuesta a las medidas inamistosas e injustificadas de las autoridades italianas contra el agregado militar de la Embajada de Rusia en Roma”, señaló la Cancillería.
El pasado 31 de marzo, Roma anunció la expulsión inmediata de dos funcionarios rusos por un grave caso de espionaje que conllevó la detención de un oficial italiano por vender información clasificada.
La reacción de Roma
El gobierno italiano considera “infundada e injusta” la decisión del Gobierno ruso de expulsar del país a un funcionario de su Embajada en Moscú en respuesta a la medida tomada el pasado 31 de marzo.
”Hemos conocido con profundo pesar de la decisión de la Federación Rusa de expulsar al agregado naval adjunto de la Embajada de Italia en Moscú con un preaviso de 24 horas”, indicó este lunes el Ministerio italiano de Asuntos Exteriores.
”Consideramos la decisión infundada e injusta porque en represalia a una medida legítima tomada de las autoridades italianas en defensa de su seguridad”, añadió en una escueta comunicación publicada en su página web.
Aunque se esperaba una respuesta de Rusia con una medida similar, sorprendió que Moscú haya decidido expulsar sólo a un funcionario y que haya tardado casi un mes en anunciar la medida.
”Es un acto hostil de extrema gravedad”, aseguró entonces el ministro italiano de Exteriores, Luigi di Maio, para explicar la decisión de declarar personas no gratas a los dos funcionarios expulsados.
El militar italiano, acusado de “graves delitos relativos a la seguridad del Estado”, estaba de servicio en el Estado Mayor de la Defensa, el comando que dirige todas las Fuerzas Armadas y donde se custodian documentos clasificados de las actividades militares italianas y de la OTAN.
Según las investigaciones de la Fiscalía de Roma, reveladas por medios locales, la documentación entregada por el capitán de la Marina Militar al oficial ruso se refiere a los sistemas de telecomunicaciones militares y el precio del intercambio fue de 5.000 euros.