La Fundación CEPS en la que Pablo Iglesias estuvo en el Consejo Ejecutivo recibió dinero de la dictadura chavista venezolana de forma habitual y una de las personas clave en los pagos a la fundación de Podemos fue Delcy Rodríguez, que dio dinero a CEPS desde los diferentes departamentos por los que fue pasando.
Por OkDiario
La cifra global de dinero que la fundación podemita y sus ocho compinches recibieron a título personal de las distintas áreas que comandaba la protagonista del ‘Delcygate’ se eleva a 1.856.849,53 euros, tal y como detalla la documentación interna de esta fundación en poder de OKDIARIO.
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, tenía una posición privilegiada en CEPS: formaba parte del Consejo Ejecutivo como “responsable de investigación”, justo el concepto por el que más trabajó la fundación para la dictadura venezolana. Junto a Iglesias, gran parte de la cúpula que posteriormente fundó Podemos trabajaba también para CEPS: Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Luis Alegre, Alberto Montero, Ariel Jerez, Rubén Martínez Dalmau y Txema Guijarro.
Los pagos realizados por los departamentos liderados por Delcy Rodríguez abarcan desde febrero de 2006 hasta octubre de 2014. Hay que recordar que Podemos nació ese mismo año 2014, en el mes de marzo. Mantener esos cobros con el partido creado era un riesgo evidente a efectos de la normativa española de financiación ilegal y con dinero procedente del extranjero. Justo en ese momento, se paralizó el cobro a través de CEPS y se incrementó la relación con otra entidad, CELAG, en la que figuran Juan Carlos Monedero, Alfredo Serrano y el propio Rafael Correa –ex presidente de Ecuador– como miembros de los Consejos determinantes de la entidad. En CELAG, además, jugó un papel clave como impulsor, Íñigo Errejón.
Durante ocho años, Delcy Rodríguez destinó diferentes cantidades de dinero a la Fundación CEPS otorgados por los distintos departamentos en los que tuvo voz y mando: desde el área del Ministerio de Poder Popular dependiente del Despacho de la Presidencia de Venezuela –febrero de 2006 a agosto de 2006–; desde su cargo de coordinadora general de la Vicepresidencia de Venezuela –2007 a 2008– y desde su función de ministra del Poder Popular para la Comunicación e Información –entre agosto de 2013 y octubre de 2014–.
Los convenios de colaboración, firmados por la mano derecha de Maduro que ha puesto en jaque al Gobierno socialcomunista por el ‘Delcygate’, permitieron a las arcas de la Fundación CEPS, controlada por Pablo Iglesias y otros de los impulsores de Podemos, contar con una inacabable fuente de financiación de más de 1,85 millones de euros.
Hasta 290.000 euros
Algunos de los ‘encargos’ contaban con indicaciones genéricas, como la de “Convenio con Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela”, y otros más específicos, como el “Convenio con la Compañía Venezolana de Televisión”. Pero todos ello tenían como denominador común una mentora: Delcy Rodríguez.
Los importes otorgados a CEPS, como demuestra la documentación en poder de este diario, oscilan entre los más pequeños de 31.939 euros hasta cifras más importantes de 173.967,48 euros o 290.260,24 euros.
La lluvia de contratos firmados con Venezuela por esta fundación supera la treintena, y los otorgados directamente por Delcy Rodríguez supone cerca de un tercio de los mismos. Hechos que demuestran el especial interés y mimo de la vicepresidenta chavista por el entorno de Pablo Iglesias. Pero también demuestra que el apoyo venia respaldado directamente desde arriba, por parte de la Presidencia.
Toda la documentación en poder de OKDIARIO demuestra, no sólo, la enorme y lucrativa compenetración entre la dictadura chavista y el entorno del naciente Podemos, sino que Pablo Iglesias era conocedor de todos los aspectos relativos a la financiación. Porque, como se puede apreciar en los documentos, los convenios firmados por CEPS se hacían con conocimiento del ahora vicepresidente del Gobierno socialcomunista.
Por eso, el nombre del líder de Podemos figura de forma reiterada en los documentos, junto con el de otras personas relevantes en la extrema izquierda española, como Rubén Martínez Dalmau –hoy vicepresidente segundo de la Comunidad Valenciana en el Gobierno de Ximo Puig y Mónica Oltra–, o Alberto Montero –miembro igualmente de Podemos y que ha alcanzado el rango de diputado nacional–.
CEPS dio paso a CELAG
Las fechas también son llamativas. La pérdida de protagonismo de la Fundación CEPS en Venezuela coincide con el auge del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) en Ecuador.
Hay que recordar, como ya ha publicado OKDIARIO, que dos cargos del entonces recién creado Podemos, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón, y un economista de referencia máxima del partido morado y asesor chavista, Alfredo Serrano, fueron claves en el lanzamiento y afianzamiento del CELAG, una organización surgida en Ecuador durante el mandato de Rafael Correa y que ahora está siendo investigada por las autoridades ecuatorianas por pagos a la cúpula de Podemos o a la propia estructura del partido de Pablo Iglesias.
Íñigo Errejón fue uno de los impulsores de CELAG, la fundación bolivariana de Ecuador. La organización ha perdido en estos momentos gran parte de su fuerza tras la caída de Rafael Correa, pero sigue mostrando entre sus profesores invitados al ahora vicepresidente de España, Pablo Iglesias. Es más, exhibe como parte de los miembros de sus distintos consejos a Juan Carlos Monedero y a Alfredo Serrano Mancilla, uno de los principales asesores chavistas y autor –junto con Errejón– del libro Ahora es Cuándo Carajo: del asalto a la transformación del Estado en Bolivia.
En Venezuela fue la Fundación CEPS la encargada de desarrollar esta estructura de asesoría chavista y de pagar a los miembros que, posteriormente, formaron la cúpula fundadora de Podemos. El mismo esquema se repitió en Ecuador, pero con Podemos ya inscrito en los registros públicos de partidos y a través de CELAG.
Un centro de pensamiento al que también se le investiga ya por los pagos a Podemos. CEPS cogió demasiado protagonismo en un momento clave. Y los miembros de Podemos decidieron que era mejor pasar el esquema de trabajo a una fundación menos conocida: CELAG. Los innumerables contratos de CEPS con Venezuela que ahora prueba este diario confirman ese evidencia.