La administración de Donald Trump decidió retener la aprobación para que petroleras extranjeras no estadounidenses operen en Venezuela, intensificando la presión contra el régimen de Nicolás Maduro, según reveló Bloomberg citando a fuentes cercanas al caso.
La medida afecta a Repsol (España), Eni (Italia), Maurel & Prom (Francia) y Reliance Industries (India), que quedan en un limbo mientras Washington permite exclusivamente a Chevron Corp. continuar con sus actividades en el país.
En julio, el Departamento del Tesoro concedió a Chevron una licencia limitada para reanudar exportaciones hacia refinerías estadounidenses. El permiso fue otorgado tras un canje en el que Maduro liberó a 10 estadounidenses presos a cambio de 250 migrantes venezolanos detenidos en El Salvador.
El acuerdo con Chevron permitiría aumentar en más de 200.000 barriles diarios el suministro de crudo a refinerías de EE.UU., mientras que el régimen de Maduro recibiría pagos en especie, es decir, petróleo en lugar de efectivo.
Las petroleras europeas habían presionado durante años para recuperar las licencias que les permitían cobrar deudas de PDVSA en crudo, un esquema que fue autorizado por Joe Biden, pero que Trump dejó expirar al regresar a la Casa Blanca.
Aunque EE.UU. no tiene control directo sobre las compañías extranjeras, su régimen de sanciones le otorga la capacidad de vetar o autorizar operaciones vinculadas a la industria petrolera venezolana.