El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aprovechará su presencia en la investidura de Claudia Sheinbaum como presidenta de México para analizar la situación de Venezuela y la posibilidad de continuar intentando una mediación junto con Colombia, informaron este miércoles fuentes oficiales.
«Brasil quisiera estar con sus grandes socios», como lo son Colombia y México, «en un tema que es tan delicado para la región», dijo en rueda de prensa la secretaria para América Latina y el Caribe de la cancillería brasileña, Gisela Padovan.
Aludió así a las gestiones, hasta ahora infructuosas, hechas por Brasil junto con Colombia y, en menor medida con México, para intentar propiciar un diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición después de las elecciones de julio pasado.
Ninguno de los tres países han reconocido el resultado anunciado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que le atribuyó la victoria a Maduro.
Lula viajará el domingo hacia México para asistir a la toma de posesión de Sheinbaum y el lunes, en vísperas de su investidura, tendrá una reunión privada con la próxima presidenta para discutir diversos asuntos, entre los que figurará la crisis venezolana, que «es un tema de la agenda regional», explicó Padovan.
El mandatario brasileño también tendrá una reunión privada con el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, el mismo lunes, cuando además participará en la clausura de un seminario empresarial que reunirá a unas 150 empresas brasileñas y otras 250 mexicanas.
Por su parte, Padovan precisó que el flujo comercial entre ambos países creció un 15 % durante 2023, cuando alcanzó la cifra de 14.000 millones de dólares, con la balanza favorable a Brasil, que exportó hacia México productos por un valor de unos 8.500 millones de dólares.
Uno de los objetivos de ese seminario empresarial, según dijo la diplomática, es discutir alternativas para equilibrar y potenciar aún más el intercambio entre las dos mayores economías de América Latina.
El martes, la agenda del presidente brasileño se limitará a los actos protocolarios de la investidura de Sheinbaum, tras los cuales regresará a Brasilia.