A casi dos semanas cuando se comenzaron a observar extensas manchas de petróleo en las playas de Carabobo y Falcón, aún no ha habido un pronunciamiento oficial al respecto, pese a que los habitantes de estos asentamientos pesqueros han denunciado el daño ambiental, contaminación de las especies, perjuicios a lanchas y chinchorros, ambos instrumentos de trabajo de los habitantes de las costas falconianas.
Días antes de que los pescadores denunciaran la presencia de crudo, en Boca de Aroa, municipio Silva del estado Falcón, hubo varios días que llegaban gran cantidad de peces a la orilla, lo que les permitió capturar fácilmente, guardar para el consumo de sus familias y vender a precios solidarios; solo bastaba con meter una cesta o un chinchorro al agua y en minutos ya estaba llena, publica lapatilla.com.
Según los mismos habitantes de esta zona, el cardumen en la orilla pudo haber sido consecuencia de los derrames, ya que la pesca huía ante la presencia del hidrocarburo.
Eduardo Klein, biólogo y director del Laboratorio de Sensores Remotos de la Universidad Simón Bolívar, quien hace monitoreo sobre los derrames de crudo en Venezuela, informó a través de su cuenta en X, que la enorme mancha de petróleo que Pdvsa derramó en Golfo Triste es de 225 kilómetros cuadrados, es decir, el tamaño de 37.000 canchas de fútbol, lo que sería suficiente para cubrir el Parque Nacional Morrocoy, y se ve claramente cómo la mancha llegó a las playas de Boca de Aroa.
Con información de lapatilla.com