La llegada de Rafael Nadal y Carlos Alcaraz ha levantado pasiones en la Villa Olímpica de París que poco a poco y paulatinamente es poblada por deportistas de todo el mundo que en los próximos días entrarán en acción en los Juegos del 2024.
Nadie como Rafa Nadal y como Carlos Alcaraz. El balear es un personaje único en París donde ha triunfado en catorce ocasiones. Una estatua del ganador de veintidós Grand Slam, incluso, fue levantada hace tres años en la entrada principal del recinto.
Afronta Nadal sus últimos Juegos Olímpicos. Oro individual en Pekín 2008 y en dobles en Río 2016 junto a Marc López, asume el balear que París es su última parada olímpica. En la recta final de su recorrido, el exnúmero uno del mundo aspira a un reencuentro con la gloria antes de un adiós a la altura del éxito que tantas veces saboreó y que anhela su extraordinaria carrera.
Pero todo es nuevo para Alcaraz. Vuelve el murciano a Roland Garros donde triunfó semanas atrás, donde logró el primero de los dos grandes que ya acumula en el presente 2024, justo antes que Wimbledon, el cuarto ‘major’ ya de su corta pero impecable trayectoria. A sus veintiún años, diecisiete menos que Nadal, Carlos Alcaraz es ya un deportista con una proyección imparable.
Por Santiago Aparicio / EFE