Miles de maestros siguen protestando este martes en Colombia, congregados en la Plaza Bolívar de Bogotá, bajo la premisa de seguir en paro hasta hundir la Ley Estatuaria de la Educación, informó la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode).
«El hundimiento de la proposición es la meta, no tenemos otra alternativa no podemos arriesgarnos a que este proyecto desdibujado y desnaturalizado sea aprobado», fue una de las conclusiones de la junta nacional de Fecode.
Es la quinta jornada de protestas en el país después de lo que llamaron la «toma de Bogotá» este lunes, en la que recorrieron y paralizaron carias sectores de la capital colombiana para reiterar su descontento con la nueva reforma estatutaria, presentada por el Gobierno, pero que critican que ha sido transformada por las enmiendas que ha hecho la oposición en su trámite legislativo, donde solo le queda un debate para ser aprobada.
La Plaza de Bolívar concentró este martes a cientos de maestros en el Plantón Cultural y Gran Concierto por la Defensa de la Educación Pública Estatal, en el marco del paro nacional convocado por los maestros, que también salieron a las calles de otras ciudades y municipios colombianos.
El proyecto de ley estatutaria representa un cambio importante en la legislación colombiana porque busca ampliar la educación pública de los cinco a los 15 años, que establece la Constitución, a tres grados de preescolar y la enseñanza universitaria, y así actualizar el sistema educativo del país a los estándares internacionales, saldando una deuda en el cumplimiento de los mandatos constitucionales.
El hecho de declarar a la educación un derecho fundamental impediría las huelgas de los maestros, un medio usado frecuentemente por Fecode para presionar a los distintos Gobiernos.
Este mismo martes, el Comité Ejecutivo de Fecode se reunió con el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, a quien reafirmaron «la urgente necesidad del hundimiento de la propuesta de este proyecto ley estatuaria de la educación».
Esto porque «se desvirtuó su propósito, al no consolidar el carácter de derecho fundamental y, por el contrario, negarlo». EFE