Tres organizaciones internacionales pidieron este miércoles a Catar que anule la condena de seis meses de prisión impuesta este martes a Manuel Guerrero Aviña, el mexicano detenido en febrero pasado en el país del golfo por su orientación sexual.
«Las autoridades cataríes deben anular la escandalosa condena de Guerrero Aviña y ordenar su liberación inmediata. Existen temores de que Guerrero Aviña haya sido perseguido por su orientación sexual y coaccionado para que proporcionara a las autoridades información que podrían utilizar para llevar a cabo una mayor represión contra las personas LGBTI en Catar», dijo en un comunicado la directora regional adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional (AI), Aya Majzoub.
Este martes un juzgado de primera instancia encontró culpable a Guerrero, también ciudadano británico, de «posesión de drogas y otros delitos relacionados con las drogas, cargos que él niega», según AI.
El juez lo condenó a seis meses de prisión, que no deberá cumplir, así como a una multa de 10.000 riales cataríes (casi 2.750 dólares).
El Comité para la Liberación de Manuel Guerrero aclaró en un comunicado que el proceso no ha concluido y que Guerrero cuenta con quince días para apelar la sentencia, que no es firme, motivo por el cual el mexicano no podrá salir aún de Catar pese a que se cubra el monto de la multa.
«El trato que Guerrero Aviña recibió bajo custodia y su juicio injusto fueron absolutamente horribles. En lugar de condenar a personas tras procedimientos injustos, las autoridades de Catar deben poner fin urgentemente a la discriminación y persecución de personas por su orientación sexual y derogar las leyes que discriminan» al colectivo, aseguró la responsable de AI, ONG que firma este comunicado junto a FairSquare y National AIDS Trust.
Las fuerzas de seguridad, vestidas de civil, detuvieron a Guerrero Aviña, que llevaba siete años viviendo en Doha y trabajaba para Qatar Airways, el pasado 4 de febrero, poco después de que aceptara reunirse con otro hombre a través de la aplicación de citas Grindr.
Guerrero estuvo casi un mes en la cárcel, donde denunció que tuvo que firmar papeles cuyo contenido desconocía, le hicieron estar más de un día sin consumir agua y careció la mayor parte del tiempo de acceso a su tratamiento por VIH.
El mexicano fue puesto en libertad provisional el pasado 18 de marzo, bajo una prohibición de viajar al exterior que puso en peligro su vida, ya que los medicamentos específicos para el VIH que tomaba antes de su detención no están disponibles en Catar, dijeron las ONG.
El caso despertó el interés de activistas, quienes crearon una campaña para llamar la atención del Gobierno de México, que en un comienzo rechazó intervenir porque Guerrero se había inscrito en Catar como ciudadano británico, aunque finalmente aceptó implicarse en el caso.